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John Williams: el Maestro cogió la batuta.

Cualquier excusa es buena para hablar y homenajear al compositor más laureado de la Historia del Cine. El hombre vivo con más nominaciones al Oscar. Un total de 49, nada más y nada menos. John Williams es, seguramente y a día de hoy, el mejor compositor de bandas sonoras de todos los tiempos. Una leyenda viva capaz de hacer míticas algunas de las películas en las que ha participado (incluso componer para los JJOO de Los Ángeles y Atlanta o la toma de posesión del mismísimo Barak Obama) gracias a la magia de su batuta, al talento de sus creaciones y a lo icónico de muchos de sus trabajos para la gran pantalla.

Dotado de una sensibilidad indescriptible, Williams ha coseguido permanecer en la élite y continuar emocionandonos a todos a pesar de sus maravillosos ochenta y tres años recién cumplidos. Su inconfundible barba blanca y sus inseparables sweaters de cuello vuelto han sido testigos de unas composiciones a la altura del que es, para muchos, sencillamente el mejor. Un hombre capaz de reciclar su talento y de evolucionar al misto tiempo que lo ha hecho el Cine, cuando algunos de sus coetáneos han sido incapaces de evitar el paso de los años.

Ganador de cinco Oscar, cuatro Globos de Oro y veintidós (se dice pronto) premios Grammy, John Williams nos obliga irremediablemente a hablar de él. Por tanto, y con gran placer, os comentamos bajo estas líneas los que, para nosotros, son sus diez mejores trabajos.

EL VIOLINISTA EN EL TEJADO ( Norman Jewison, 1971)

El primer Oscar para un trabajo del compositor de Nueva York. El Violinista sobre el tejado es una partitura ágil y pegadiza, lleno de energía y optimismo, que explota el talento del violinista Isaac Stern, considerado uno de los mejores del siglo XX.

TIBURÓN (Steven Spielberg, 1975)

Otro premio de la Academia norteamericana para el bolsillo de Williams. La composición para una de las obras cumbre de la filmografía de Spielberg es minimalista y oscura. La primera vez que el director la escuchó no consiguió entender qué era lo que Williams había realizado. Poco después del estreno, la música de Tiburón se había convertido en una pieza casi de culto. Tensión y climax gracias a unos acordes tan sencillos como terroríficamente efectivos. El resto de temas, que giran entorno a su principal, acompañan con la misma eficacia todo el metraje del filme.

SAGA STAR WARS (George Lucas, 1977 – 2005)

Si hay algo que casi ha hecho a John Williams merecedor de una beatificación vaticana es su trabajo para la multimillonaria saga de George Lucas. Todos y cada uno de los temas compuestos para este culebrón intergaláctico son un icono de la cinematografía universal. Con el «Main theme» de Star Wars le dan ganas a uno de unirse a la rebelión espacial más famosa de todos los tiempos. El tercer Oscar y palabras mayores.

SUPERMAN (Richard Donner, 1978)

Williams nos puso a todos a volar gracias a una composición monumental. El tema principal de la película es un trabajo maduro y de gran peso orquestal que subía sus decibelios a ritmo de uno de los títulos de créditos más famosos de la Historia del Cine. El inconfundible logo del hombre de acero aparecía en pantalla mientras el compositor neoyorkino desplegaba toda su fuerza con una fanfarria épica e inolvidable. Maravilloso también, es el «Love theme from Superman» que hemos decidido que escuchéis, algo más contenido e íntimo pero realmente bello.

E.T. EL EXTRATERRESTRE (Steven Spielberg, 1982)

La colaboración entre el director y el compositor seguía ofreciendo fantásticos resultados. El cuarto Oscar en la carrera de John Williams lo traía bajo el brazo el extraterrestre más tierno de la gran pantalla. Una fenomenal película que requería una banda sonora a la altura. Nadie mejor que Williams para construir un conglomerado de composiciones hermosísimas en algunos momentos y tan potentes como algunas de las míticas secuencias del gran filme de Steven Spielberg.

TRILOGÍA INDIANA JONES (Steven Spielberg, 1981 – 1989)

Indiana Jones no sería lo mismo sin la inolvidable música de John Williams que, una vez más, creó una melodía que todos hemos silbado o tarareado alguna vez. El tema principal de la trilogía de Spielberg es tan famoso como las películas en sí mismas. Pegadizo, lleno de fuerza y contundencia, usa una introducción de trompetas para acabar con toda la orquesta acompañando al icónico personaje interpretado por Harrison Ford.

LA LISTA DE SCHINDLER (Steven Spielberg, 1993)

La obra maestra de Steven Spielberg es una de las mejores películas de todos los tiempos y, sin ninguna duda, una de las mejores partituras del maestro Williams, sino la mejor. El trabajo del compositor norteamericano es absolutamente brillante y desgarrador. Tan lleno de sentimiento como la propia película. La poética de las implacables imágenes del largometraje está perfectamente acompañada y en el momento justo, por una creación prodigiosa, espeluznante y de una belleza fuera del alcance de la mayoría de los compositores de música para el cine. Itzhak Perlman fue el violinista elegido para la ocasión.

PARQUE JURÁSICO (Steven Spielberg, 1993)

No hubiese estado de más que aquel año John Williams hubiese sido nominado por segunda vez (posteriormente le ocurrió por sus trabajos en Memorias de una geisha y Munich) gracias a su labor en la composición de la banda sonora de Parque Jurásico, la montaña rusa que Spielberg regaló al mundo, y que supuso otro hit en la carrera del músico. El tema principal de la genial película de ocupó las listas de éxitos internacionales (incluido en nuestro país) y es que el trabajo de Williams fue impecable. Emotivo y sentimental en algunos de sus tramos, poseía también el vigor y la personalidad necesaria en otros. Todas las virtudes de John Williams estaban incluidas en esta épica banda sonora.

SALVAR AL SOLDADO RYAN (Steven Spielberg, 1995)

Bendita la amistad y la unión entre estos dos monstruos del cine. Otra colaboración (y otra nominación) antológica. La banda sonora de Salvar al Soldado Ryan, una de las mejores películas bélicas que se han hecho hasta hoy, es impresionante. Williams compuso con todo el sentimiento y desplegó todo el conocimiento que posee sobre esa peculiar percusión tan americana para hacerla protagonista en gran parte de su trabajo. El tema «Hymn to the Fallen» que podéis ver en el vídeo, le pone a uno los pelos de punta. Magistral.

LA LADRONA DE LIBROS (Brian Percival, 2013)

Podríamos haber escogido Atrápame si puedes o la fenomenal composición de Munich. Muchas nos dejamos en el tintero, eso es seguro y os pedimos disculpas porque echaréis en falta algunas, pero hemos escogido La ladrona de libros porque su trabajo para este aceptable filme, supuso la última nominación del compositor de Nueva York hasta la fecha. Su número cuarenta y cuatro. Algo inaudito, un hecho solo al alcance de algunos elegidos. El trabajo de Williams es, en esta ocasión, un regreso a lo más alto tras algún tiempo desarrollando partituras más irregulares. Esta vez volvió a conquistar a crítica y público con una combinación de romanticismo y nostalgia realmente bella. Piano y violín en su máximo esplendor.

Por Javier Gómez.
@blogredrum

 

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