Es necesario relativizar expresiones como «la televisión pasa por un momento dulce«, o «estamos en la edad dorada de la televisión«. Está comprobado que siempre hubo trabajos destacables, pero la proliferación de plataformas de vídeo bajo demanda y televisión a la carta, sumada a la inevitable e imparable existencia de contenidos «gratuitos» en Internet, han hecho que casi todo lo bueno que se realizó ayer y se realiza hoy para la pequeña pantalla, llegue a nuestras manos con una inmediatez pasmosa.
Esta ventaja nos ha permitido una visión casi total del panorama seriéfilo, así que algunos redactores de nuestra web y varios compañeros de otros medios, colaboramos para ofreceros esta recopilación de TOP 5 con nombres y apellidos. Nos mojamos, argumentamos y os recomendamos revisar todas y cada una de estas joyas de la televisión.
5. Mad Men (Matthew Weiner)
Los inicios de una prestigiosa agencia de publicidad de los sesenta sirven a este excepcional drama para confeccionar un rico retrato de tan interesante periodo, desde las oficinas donde los hombres forjaban el cambio del mundo hasta los hogares que empezaban a volverse demasiado pequeños para mujeres ansiosas por comérselo. La estilización de los decorados sólo es superada por la de unos guiones a los que da perfecta vida el comprometido reparto.
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Personaje favorito: Don Draper (Jon Hamm)
Fiel al “no importa lo que seas: lo importante es cómo lo vendas” de su compañía, Don Draper es tan eficaz en su trabajo como desastroso en el hogar, estando dotada su personalidad de una gran complejidad derivada de un oscuro pasado. La sugestiva dualidad del personaje debe mucho al milagroso trabajo de Jon Hamm.
4. Homeland (Howard Gordon, Alex Gansa, Gideon Raff )
Inquietante y frenético, este excelente thriller seriado explora los peligros que acechan actualmente a EE.UU. y el mundo entero mediante un despliegue técnico apabullante. Su paranoica atmósfera nos recuerda que el enemigo puede estar más cerca de lo que esperamos y que los sentimientos humanos son más poderosos (y peligrosos) que cualquier arma de explosión masiva.
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Personaje favorito: Carrie Mathison (Claire Danes)
Esta impulsiva, inteligente y bipolar agente de la CIA es uno de los personajes más elaborados que ha dado nunca la televisión. Magníficamente encarnada por Claire Danes, Carrie es todo un ejemplo del infravalorado poder de un solo hombre (o mujer) de cara a salvar el mundo.
3. Freaks and Geeks (Paul Feig)
Tan exagerados como encantadores, los estudiantes de esta singular comedia dramática de culto tan sólo buscan desde su anhelosa inocencia hacerse hueco en un mundo que todavía no comprenden. Nostálgicos hasta decir basta, los dieciocho capítulos que vieron la luz antes de que el show fuera tristemente cancelado exploran con aguda sencillez gran parte de las experiencias que todos recordamos de nuestro paso por el instituto.
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Personaje favorito: Sam Weir (John Francis Daley)
El pequeño Sam es la excepción que confirma la regla en cuanto a la impureza adolescente. Tan noble como inteligente, él se conforma con disfrutar de los pequeños placeres que conlleva avanzar hacia una madurez todavía lejana. La peculiar expresividad de John Francis Daley hace el resto.
2. House of Cards (Beau Willimon)
Impecablemente escrito, interpretado y filmado, este minucioso drama político desborda elegancia por los cuatro costados, convirtiéndose en un valioso retrato, tanto de las rencillas que oculta Washington, como de la ambición más aterradora. Y es que, pese a las apariencias, no es la política, sino el siempre complejo corazón humano, lo que da cuerda a tan exquisito engranaje audiovisual.
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Personaje favorito: Claire Underwood (Robin Wright)
Tan calculadora como elegante, la gran mujer tras el supuesto gran hombre que es Frank Underwood considera que el fin casi siempre justifica los medios. Sin embargo, los expresivos primeros planos de Robin Wright dotan al evolutivo personaje de gran sensibilidad.
1. Juego de Tronos (David Benioff, D.B. Weiss)
Entre majestuosos decorados y virtuosos efectos especiales, la adaptación televisiva de la saga fantástica de George R. R. Martin sobresale por un conjunto de personajes tan mágicamente carismáticos como fascinantemente humanos inmersos en retorcidas tramas que logran abrazar el máximo impacto desde el realismo más cuidado. Y es que, frente a tan inteligentes diálogos pronunciados por tan carismático reparto, los dragones son lo de menos.
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Personaje favorito: Cersei Lannister (Lena Headey)
Aunque ambiciosa y despiadada, la reina consorte de los Siete Reinos lo daría todo por la felicidad de sus hijos, siendo su carácter triste fruto de un mundo dominado por hombres tan estúpidamente malvados. La carismática Lena Headey nunca deja de declamar frases inolvidables.
5. Las chicas Gilmore (Amy Sherman-Palladino)
Creada por Amy Sherman-Palladino, Las chicas Gilmore narra la especial relación de Lorelai Gilmore y su hija, Rory Gilmore. Los sólidos diálogos cargados de referentes culturales (incluso políticos y ante todo musicales), y de ritmo acelerado y atropellado, se sustentan en las interpretaciones de un reparto plagado de entrañables secundarios. No hay ambición en Las chicas Gilmore (excluyendo la huida de convencionalismos románticos y manidos clichés en la construcción de personajes), solo una clara intención de mostrar que para transformar cualquier historia en un cuento de hadas, es necesario creer en uno mismo y en su capacidad para reconocer pequeños destellos de magia.
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Personaje favorito: Lorelai y Rory (Lauren Graham, Alexis Bledel)
Imposible elegir un único personaje favorito. Es la combinación de ambas, sus intercambios verbales y su complicidad en lo que se sostiene todo el relato.
4. Black Mirror (Charlie Brooker)
En 2011 vio la luz, Black Mirror: el himno nacional, primer capítulo de esta serie británica instalada en el género distópico y la tecno-paranoia como hilo conductor. Son tres las temporadas emitidas hasta la fecha de esta serie creada por Charlie Brooker, con el inexorable objetivo de incomodar al espectador. Black Mirror se aleja del trillado discurso de alerta sobre los peligros de las adicciones tecnológicas, para realizar la sutil y difícil tarea de señalar que, incluso en la más inofensiva de las ventajas que estas nos aportan, existe el nocivo peligro de suplir aquello que en esencia es puramente humano.
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Personaje favorito: Tú.
Uno mismo, atónito delante de la pantalla.
3. Borgen (Adam Price)
No, no todos los presidentes son despiadados asesinos despojados de cualquier rastro de humanidad que no sea vanidad o avaricia. No nos engañemos, las cosas no son siempre como nos las cuentan en la tele (algún escéptico habrá que ni confíe en los medios que destapan tramas de corrupción política, visto el resultado de las últimas elecciones), aunque hay veces en que aparecen sinceros esfuerzos por acercarse a la esquiva realidad. Creada por Adam Price, Borgen cuenta los entresijos de la política danesa y su relación con los medios de comunicación, poniendo su foco de atención en el personaje de Birgitte Nyborg, primera mujer nombrada Primera Ministra de Dinamarca. Borgen se aleja de la necesidad de sustentar la narración en acontecimientos de intensidad dramática trascendental para contar los conflictos a los que esta mujer tiene que enfrentarse diariamente, por muy mundanos que estos puedan parecer.
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Personaje favorito: Katrine (Birgitte Hjort Sørensen)
Además de la primera ministra, la intrépida periodista, Katrine, es quien sobre sale dentro del conjunto, la encarnación perfecta de realismo e idealismo dentro de la profesión y la vida personal.
2. The Wire (David Simon)
Desde su concepción, The Wire tiene vocación testimonial. David Simons, se aventura en la odisea de desentramar los mecanismos de control y poder sobre los que se sustenta la ciudad de Baltimore mostrando el funcionamiento de sus instituciones legales, educativas, políticas y policiales, visibilizando aquello que se desecha, suburbios formados por escombreras humanas. Las escuchas policiales, hilo conductor de las cinco temporadas que se corresponden con distintas capas de la sociedad, sirven para personificar la miseria y ponerles un rostro. No hay héroes en The Wire, pero sí grandes personajes. Omar destaca al ser el único que escapa de la circularidad estructural que rige la dinámica de la ciudad, una libertad que termina valiendo un alto precio, porque, en definitiva, nada puede hacerse contra un sistema corrupto y viciado.
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Personaje favorito: Omar Little (Michael Kenneth Williams)
¡De esta serie, de las otras, de todas!
1. Buffy, cazavampiros (Joss Whedon)
Entre 1997 y 2003 el mundo televisivo estuvo protegido por Buffy Summer, una rubia adolescente afincada en Sunnydale que tenía la peculiaridad de ser la cazavampiros. Joss Whedon crea un universo fantástico plagado de demonios, licántropos, vampiros (Drácula incluido), dioses y brujas, donde esta joven cazadora deberá enfrentarse a la difícil tarea de hacerse mayor. Buffy Cazavampiros no es una obra maestra por sus inteligentes y certeros diálogos, (Hush, único capítulo nominado a un Emmy, transcurre en silencio en su totalidad, rebate la idea de que la serie son sus diálogos). Tampoco lo es porque cuente con la genialidad de un creador capaz de arriesgarse y variar el formato habitual de la serie (ese increíble capítulo musical). Y tampoco por su capacidad para conjugar elementos fantásticos con elementos de la cultura popular y cuentos tradicionales, o por crear una heroína capaz de equilibrar a la perfección feminidad y feminismo. Buffy cazavampiros es una obra maestra por su naturaleza alegórica: la vida es una sucesión de oportunidades, contratiempos, golpes y éxitos que te retan a aceptar quien eres, porque en definitiva “lo más difícil de este mundo es vivir en él”, seas quien seas.
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Personaje favorito: Buffy Anne Summers (Sarah Michelle Gellar)
Supongamos que ella ya es la Elegida ¿cómo competir con eso? Competidores de altura: Rupert Giles (el vigilante bibliotecario) y Tara (la bruja y novia de Willow).
5. Expediente X (Chris Carter)
Sentó las bases de muchas de las que vinieron después. De casi todos los procedimentales y series de género sobrenatural (de CSI a Fringe), y se atrevió a jugar con el humor y la autoconsciencia, y con el formato televisivo, en algunos de sus capítulos autoconclusivos. Y porque, a pesar de sus altibajos, me creó más adicción en mi adolescencia que ninguna otra serie antes.
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Personaje favorito: Mulder y Scully (David Duchovny y Gillian Anderson)…
… Scully y Mulder… ¿Me vais a hacer elegir?
4. Battlestar Galactica (Ronald D. Moore)
Porque, más allá de una serie de ci-fi de corte militarista, supo construir una alegoría sociopolítica y plantear cuestiones morales nada fáciles, tratando desde su óptica apocalíptica temas que iban desde el terrorismo al fundamentalismo religioso o incluso al aborto. Siempre suscitando más preguntas que respuestas.
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Personaje favorito: Adama (Edward James Olmos)
El actor en estado de gracia, y con una voz que haría que cualquiera se lo pensara dos veces antes de volver a intentar un genocidio.
3. Buffy, cazavampiros (Joss Whedon)
Porque bajo la apariencia de un producto teen de serie B se escondió más reflexión sobre el medio audiovisual de lo que había albergado ninguna otra serie desde Hill Street Blues o Luz de Luna. Porque nunca se habían tratado con tanta sutileza ni el mundo adolescente ni la homosexualidad, ni la transición a la vida adulta. Por algunos de los diálogos más inteligentes de la televisión. Por capítulos como The Body, Hush o Once More… With Feeling! Y por los vampiros.
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Personaje favorito: Spike (James Marsters)
Un vampiro cínico, descreído, despreciable, sanguinario y mucho más humano de lo que a él le gustaría creer. Las contradicciones del alma en un envoltorio de sarcasmo.
2. Doctor Who (Sydney Newman)
Porque es la única serie capaz de serlo todo. Porque caben el terror, el drama, la ciencia ficción, la fantasía, el misterio, el romance, la tragedia, la comedia… porque, más de medio siglo después, sigue reinventándose sin parar. Porque es, junto con Sherlock, una de las dos series más brillantes en diálogos, tramas y estructura. Porque nunca se ha jugado con el tiempo como en ella. Y porque la emoción que es capaz de transmitir va mucho más allá de lo que una lista de “porqués” puede llegar a explicar.
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Personaje favorito: el Doctor Who (… Matt Smith / David Tennant / Peter Capaldi)
Un alienígena con forma humana que considera que “los abrazos son solo una forma de esconder la cara”, pero también que “en 900 años viajando por el tiempo y el espacio, no he conocido a nadie que no fuera importante”. Si aún no lo han hecho, viajen con él. Si no saben por dónde empezar, el episodio Blink es un buen sitio. Y luego vuelvan al comienzo.
1. Twin Peaks (David Lynch, Mark Frost)
Porque Lynch fue Lynch, y entonces la televisión ya nunca volvió a ser lo mismo.
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Personaje favorito: Lady Leño (Catherine Coulson)
Porque personifica a la perfección el mundo surrealista, oscuro y a la vez profundamente humano de David Lynch. Catherine Coulson, te echamos de menos.
5. 24 (Joel Surnow, Robert Cochran)
Hubo una época en la que un Presidente de los EEUU manipuló a medio Occidente para crear una guerra atroz en pos de sus intereses. En aquella época pocos retrataron con tanta crudeza estos crímenes contra la humanidad como la quinta temporada de 24. Lo mejor de todo es que esta era una serie en la que un agente secreto tenía que luchar como un paranoico por salvar el día/su nación/el mundo y que esta serie se emitía en la cadena que hizo Presidente en la vida real a uno de los mayores ineptos de la historia reciente de la humanidad. Pero 24 no son sólo los detalles, no es otra americanada como muchos se empeñaron en decir desde un comienzo, es la serie que comenzó ante la amenaza terrorista de que un afroamericano fuera candidato a los EEUU de América. Como siempre la realidad superó a la ficción, con un solo pero, los raudales de acción y dramatismo de esta serie jamás han sido superados hasta la fecha.
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Personaje favorito: Jack Bauer (Kiefer Sutherland)
Es lo más parecido que la televisión ha dado a John Wayne, o en su defecto una versión moderna del Gary Cooper/Will Kane en Sólo ante el peligro. Bauer es el marido, el padre de familia, el jefe, el responsable de que tu vida se mantenga como la dejaste cuando te acostaste ayer y que no sepas qué cojones ha pasado hoy. Pero a diferencia de Bond, a Bauer nadie le dio las gracias, jamás, pero eso tampoco le importó, ya que Jack Bauer nunca buscó la gloria. La lastima fue que Bauer y 24 llegaron demasiado pronto, ya que si el grueso de la serie se hubiera emitido con la gran fiebre de las redes sociales su nivel de impacto mundial hubiera sido muy diferente. Pero eso ya no importa, porque Bauer ya ha vuelto a salvar el día.
4. Futurama (Matt Groening)
La gran serie propia de Matt Groening. Mientras que la familia amarilla pertenece desde muy pronto a la FOX, Futurama fue su gran obra, la gran aventura espacial o… el mejor encargo sideral. Es decir, Futurama era un grupo de amigos, que tenía como trasfondo la empresa de repartos y que en realidad era una versión cósmica de Friends, pero con diálogos tan sagaces e hilarantes como los de Frasier. Conocíamos el truco, pero jamás nos lo habían contado con semejante grado de originalidad y derroche pop. Y es que una serie que cuenta con la cabeza de Richard Nixon como personaje, merece estar en cualquier top.
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Personaje favorito: Bender y el Doctor Zoidberg (John DiMaggio, Billy West)
No puedo decidirme por uno, ya que amor incondicional se lo reparten por igual. El primero un cínico redomado, egoísta como pocos y vividor. Bender es la versión mujeriega y solterona de Homer, pero siendo robot y dentro de 1000 años. Zoidberg es el descaro, el Matt Groening más travieso y juguetón plasmado en un solo personaje, o como escribir un surrealista diálogo entre un calamar espacial y el Presidente Truman y no perder ni una chispa de lógica y sentido del humor.
3. Dragon Ball Z (Akira Toriyama)
La animación japonesa que tan bien había entrado en nuestro país con Marco, Mazinger Z y sobre todo Heidi, encontró su culminación, en todo el mundo, con Dragon Ball Z. Tras contar la historia del pequeño Goku en la primera serie, en Dragon Ball Z se pasaba directamente en a la época adulta, en la que Goku ya estaba casado y hasta tenía un niño. Este, supone a su vez el proceso de maduración de todo una generación, ya que mientras el pequeño Son Gohan iba creciendo cada uno de nosotros entendía que jamás volvería a ser lo mismo y, por encima de todo, que hiciéramos lo que hiciéramos nunca podríamos repetir las hazañas de nuestros padres, sino escribir nuestras propias historias.
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Personaje favorito: Goku
Trunks y Vegeta siempre están en el top, pero mentiría si no eligiera a Goku. El niño sin padres, por el que amamos aún más a nuestros abuelos, es el primero que nos enseñó que hasta los peores enemigos pueden acabar siendo nuestros mejores amigos, que cualquier aventura puede llevarse a cabo siempre que se intente con lo mejor de uno mismo y como no, que no hay mejor fiesta que una gran comilona junto a tus amigos. 30 años después Goku sigue inculcando a nuevas generaciones que los límites sólo se encuentran en nuestro interior y los más adultos seguimos disfrutando con sus transformaciones por proteger la Tierra.
2. Juego de Tronos (David Benioff, D.B. Weiss)
Los Soprano en la Tierra Media. Esta es una de las primeras definiciones de Juego de Tronos y a su vez de las más certeras. Con la única salvedad de que la serie de Poniente transcurre a través de media docena de familias, en lugar de las dos familias de Tony Soprano. En lo que a fenómeno social ser refiere, GoT ha roto todas las barreras: por una parte la de audiencias y seguimiento social que marcó Perdidos. Por otra, la de creación, expansión y seguimiento de un universo propio como en su día hicieron la saga de Matrix y El Señor de los Anillos. En lo personal, GoT ha supuesto la oportunidad de volver a vibrar con una serie y de vislumbrar el potencial que aún nos deparan ciertos argumentos universales y algunos roles que unidos, en cierta medida, pueden ser igual o más actuales que el mismísimo El Quijote o Macbeth.
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Personaje favorito: Tyrion Lannister (Peter Dinklage)
Si Juego de Tronos es Los Soprano en la Tierra Media, Tyrion Lannister es Tony Soprano en Poniente. Sin duda alguna el personaje que mejor conoce George R. R. Martin. Mientras que a otros personajes los desarrolla y los guía mediante un destino predefinido desde los primeros compases, Tyrion es el que más veces se ha adaptado a nuevas situaciones, a nuevos retos y enormes desafíos y casi siempre ha salido de ellos usando el intelecto. Mientras que en las ocasiones en las que la inteligencia no les bastaba siempre le ha acompañado una buena dosis de suerte. Estos dos son conceptos fundamentales de la otra gran referencia en la creación de Tyrion, la fortuna y la virtud, conceptos que acuñó Maquiavelo en su célebre El Príncipe. Y es que Tyrion Lannister es mucho más que un secundario con aires de Hamlet, es una pieza fundamental de este juego… y ya veremos si alfil o Rey.
1. Los Soprano (David Chase)
Mi alpha y mi omega. O lo que es lo mismo, el resto de mi vida (audiovisual) cuenta desde el primer día que vi el primer capítulo de Los Soprano, y el último. La gran creación de David Chase es mucho más que una serie de mafiosos, es la familia que nos dio la mano para pasar de un milenio a otro, y lo más importante, los que confirmaron la gran edad dorada de la televisión. Es evidente que la gran familia de New Jersey procede de Coppola, Scorsese y hasta de De Palma, pero una de las grandes claves para entender el código de Los Soprano es la soberbia The Funeral de Abel Ferrara. Más allá de las influencias, Los Soprano es imprescindible para cualquier ser humano que aprecie mínimamente la ficción audiovisual debido a una singularidad extraordinaria: esta es la única serie de la historia de la que desde el primer capítulo, casi desde la primera secuencia, es capaz de revelar la esencia de la vida y la naturaleza humana y así dosificarla durante más de 80 horas de puro cine. En definitiva, sin Los Soprano nada sería lo mismo.
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Personaje favorito: Tony Soprano (James Gandolfini)
Es evidente. Sin él, sin James Gandolfini, jamás hubiera existido ni un minuto de Los Soprano. Uno de los actores de reparto más sólido del Hollywood de los 90 fue llamado para una audición y, como contó en más de una ocasión, ni se creía que le pudieran dar el papel. Y la realidad es que sólo hizo lo que llevaba haciendo durante años, que era arrollar en la pantalla, daba igual quién se pusiera delante, pero en esta ocasión no le tocó ser el malo, sino el pater familias, el antihéroe que no quería ser el jefe, el enamorado de Pie-o-my y del Canal Historia, y el que veía parte del futuro en sueños extraños y, sobre todo, el hombre de las crisis de ansiedad. Ese es Tony Soprano, el hombre que jamás olvidarás cuando se cruce en tu vida.
5. El capo de Corleone (Enzo Monteleone, Alexis Sweet)
La época más dura y violenta de la Cosa Nostra siciliana debía llevarse a la pequeña pantalla con el máximo rigor posible. Para ello, en 2007 se diseñó esta miniserie cuya premisa principal era contar lo ocurrido sin olvidar ningún detalle, sin complejos ni temores. Italia y el mundo debían conocer los entresijos de un estado putrefacto que permitió que durante mucho tiempo imperase la ley de Salvatore «Totó» Riina, uno de los capos más crueles del crimen organizado italiano. Seis capítulos (doce en el Reino Unido), bien documentados y estructurados, que merecen que dediquemos un pequeño tiempo de nuestras vidas a conocer y admirar la valentía de algunos hombres que lucharon y se sacrificaron por la libertad de toda una nación.
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Personaje favorito: Totó Riina (Claudio Gioè)
Aunque repulsivo, Riina es un personaje apasionante. La genial interpretación de Gioé es una pequeña muestra de lo que fue y en lo que se convirtió uno de las figuras más siniestras de la historia italiana y europea. Lo peor es que su alargada sombra perdura y la tradición mafiosa en Italia no desapareció con su encarcelamiento, sino que su relevo lo cogió Bernardo Provenzano, otro histórico mafioso. A día de hoy, la Camorra napolitana (fantástica también es la serie Gomorra basada en el libro de Roberto Saviano) y la N’dragueta calabresa, llevan la voz cantante en lo que a actividades delictivas se refiere.
4. The Wire (David Simon)
No es fácil describir en pocas líneas la complejidad de una serie como The Wire, abanderada de la perfección televisiva y una de las mejores series de todos los tiempos. Su tratamiento de los diferentes estratos sociales con el narcotráfico como núcleo argumental, está admirablemente desarrollado y ensamblado, además de ser capaz de no olvidar ninguno de los aspectos necesarios para el correcto funcionamiento de la ficción en la pequeña pantalla, que es brillante. La crítico Lisa Schwarzbaum dijo sobre ella: «Cualquiera de los capítulos de The Wire es tan bueno o mejor que cualquiera de las películas presentadas a los Oscar«. Cuanta razón tenía.
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Personaje favorito: Kima Greggs (Sonja Sohn)
Implacable, atractiva, misteriosa y sumamente compleja. Así es Kima Greggs, uno de los personajes más carismáticos de The Wire, que es interpretada por la actriz Sonja Sohn, vista en Body of proof.
3. Boardwalk Empire (Terence Winter)
Los años 20 norteamericanos dieron para mucho. El talentoso escritor y guionista Terence Winter, responsable de algún capítulo de Los Soprano y del guión de la alocada El lobo de Wall Street, firma el libreto de esta serie apadrinada por el mismísimo Martin Scorsese. De impecable diseño de producción y gran riqueza de diálogos y personajes, Boardwalk Empire supone el paradigma de la brillante y creíble puesta en escena de muchas de las series ambientadas en épocas pasadas. Tampoco se queda atrás su reparto, un fenomenal trabajo de casting en el que encontraremos figuras como Steve Buscemi (imponente protagonista de todas las temporadas), Michael Shannon, Patricia Arquette, Bobby Cannabale o un fantástico Michael Pitt.
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Personaje favorito: Giuseppe Colombano «Gyp» Rosetti (Bobby Cannavale)
Su presencia es el hilo conductor de la tercera temporada y llega para arrasar con un personaje demoledor e implacable. Cannavale convierte sus apariciones en un ciclón dentro de una serie que huye de la estridencia en todo momento. Eso sí, la actitud de Rosetti está más que justificada, puesto que se dispone a ser el más cruel de todos los gangster que aparecen en Boardwalk Empire. ¿Lo conseguirá?
2. Breaking Bad (Vince Gilligan)
Para algunos su duración se excedió porque debería haber acabado una temporada antes. Para el que suscribe estas líneas, Breaking Bad es la serie perfecta, el producto televisivo más redondo que jamás se haya producido. ¿Por qué? Muy sencillo: capítulos trascendentes desde el primero al último, cliffhangers estudiados al milímetro, personajes para el recuerdo, una hipnótica y sugerente banda sonora, el descubrimiento del talento más profundo de un veterano como Bryan Cranston y un embriagador y apasionante olor a relato Shakesperiano.
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Personaje favorito: Hank Schrader (Dean Norris)
Este agente de la DEA, que aparentemente muestra un aspecto de agente vividor y poco comprometido, resulta todo lo contrario según avanzan los primeros capítulos de Breaking Bad. Tras los rasgos más superficiales de su carácter, donde se muestra excesivamente bromista y, en ocasiones, bastante soez, se encuentra un agente entregado, implacable y muy avispado; seguro de su intuición y decidido a acabar cualquier investigación que empieza. Fenomenalmente interpretado por Dean Norris, Schrader es uno de los puntos fuertes de la genial serie creada por Vince Gilligan.
1. Twin Peaks (David Lynch, Mark Frost)
Único, genial, aterrador, místico… todo esto y mucho más, es el lienzo que el irrepetible director norteamericano David Lynch, con la impagable ayuda de Mark Frost, dió a luz para enganchar a millones de espectadores de todo el mundo. El tirón de la serie fue tal, que el maestro decidió aclarar ciertos detalles de la enrevesada trama a través de un film llamado Fire walk with me, que además engrandecerá su leyenda con una nueva y esperadísima temporada más. Nunca una pregunta (¿Quién mató a Laura Palmer?) había generado tantas teorías, elucubraciones y, sobre todo, expectación por ver más. Twin Peaks provocó que la televisión diese un giro radical y mostró al mundo la fuerza que podía ejercer sobre la audiencia un contenido que rompiese los cánones establecidos hasta la fecha.
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Personaje favorito: Bob (Frank Silva)
Mentiría si dijese que, indudablemente, el Agente Cooper (Kyle MacLachlan) era el personaje más atrayente y atractivo (en todos los sentidos) de la fenomenal serie de Lynch. Sin embargo, la presencia de Bob, el espíritu maligno del bosque, convertía esos instantes en inquietantes y perturbadores abismos de tiempo. El reloj se paraba ante las aterradoras apariciones de un fantasma televisivo que alteró el sueño de millones de espectadores.