Conéctate con nosotros

Artículos

STANLEY KUBRICK: 15 años de la muerte de un genio

Se cumplen 15 años de la muerte de Stanley Kubrick, un director único e irrepetible en la Historia del Séptimo Arte. Aprovechando entonces la coyuntura, escribo este artículo mientras recuerdo nostálgicamente a un director que se fue con 70 años, tras una larga carrera cinematográfica, dejando un legado de obras maestras solo al alcance de unos pocos.

Nacido en el Bronx y de ascendencia judía, su relación con las cámaras comenzó cuando sus padres le regalaron una cámara réflex, afición que destacaría a lo largo de su obra cinematográfica mostrando un alto nivel de perfección e innovación. Aparte, la música clásica, el jazz y el ajedrez fueron otras preferencias que tendrían importante presencia en muchas de sus películas. La fotografía y el juego de mesa, le dieron de comer durante algunos períodos de su vida.

Dirigió su primera película (largometraje, porque ya había realizado varios cortos) en el año 1953, «Fear and Desire», con 13.000 dolares que recaudó a base de préstamos familiares y, aunque no tuvo mucho éxito, le sirvió para dirigir la siguiente con más presupuesto. Otra vez se repitió la poca aceptación pero la fotografía en blanco y negro llamó la atención del productor de la NBC James B. Harris, palabras mayores de la época. Las puertas se abrían de verdad para Kubrick. Las colaboraciones entre ambos dieron a luz «Atraco Perfecto» y «Senderos de Gloria«, esta última se convirtió en un canto antibelicista de gran éxito.

La buena relación con Kirk Douglas, tras el rodaje de esta cinta bélica, le permitió dirigir «Espartaco», una oportunidad en la que no pudo intervenir mucho en el guión pero que le lanzó definitivamente como un director destacado dentro del panorama internacional. Después vendrían «Lolita» o «¿Teléfono Rojo? volamos hacia Moscú».

Y de repente… «2001:Una odiséa del Espacio». La obra maestra que revolucionó el género de ciencia ficción que, por aquel entonces, adolecía de ideas nuevas y se veía limitado por las historias de alienigenas y platillos volantes de dudosa calidad. Transgresora, valiente, arriesgada y verdaderamente compleja en muchos aspectos, consiguió, además, elevar el estancado nivel de los efectos especiales a una altura inimaginable para la época. Así que, junto al maestro Douglas Trumbull, Kubrick dio un puñetazo en la mesa, mostrando al mundo que el espacio no estaba tan lejos y que su estrella empezaba a brillar de verdad. Corría el año 1968.

Comenzaba entonces la época dorada del director, años en los que dirigiría el resto de sus obras cumbre. «La Naranja Mecánica», «Barry Lyndon» y «El Resplandor». Tres películas tan diferentes como apasionantes, si bien «Barry Lyndon» es una gran desconocida para el público para poca fortuna del mismo, porque es realmente interesante.

En «La Naranja Mecánica» la innovación técnica y la música volvían a ser piezas destacadas y clave, detalles que, junto a su polémico guión, lograron que con el paso del tiempo la película se convirtiese en una pieza de culto. Prohibida en muchos países por aquel entonces, es ahora un filme de estudio y ejemplo cinematográfico y social. Para mi gusto, su mejor película.

El caso de Barry Lyndon es poco menos que curioso: 4 nominaciones a los premios Oscar y es una «desconocida» dentro de su filmografía. Sin embargo, los años la han situado entre las más relevantes para los críticos, destacando los logros técnicos (volvemos a la innovación) y artísticos conseguidos por Kubrick que, ayudado por su extrema meticulosidad, rozaban la perfección.

Contando con que el guión se desarrollaba en la Inglaterra del siglo XVIII, la fidelidad y fijación por el detalle se hicieron mucho más palpables, por lo que «Barry Lyndon» se convierte en una obra de gran importancia en muchos sentidos. Por aquel entonces, crítica y público no demostraron el mismo interés que sí harían tiempo después. La recomiendo encarecidamente.

Qué decir de «El Resplandor«, para el criterios del que os habla la segunda mejor película de terror de todos los tiempos (El Exorcista es insuperable). La historia, basada (aunque variada por Kubrick en algunos aspectos) en una novela del maestro Stephen King, contaba las vivencias de una familia,con Jack Torrance a la cabeza (impresionante Jack Nicholson) que se muda al hotel Overlook para realizar labores de mantenimiento durante los meses de temporada baja.

La evolución del personaje de Torrance hacia un perfil agresivo, obsesivo y paranoico, supuestamente afectado por los hechos acaecidos en el hotel tiempo atrás, es el hilo conductor de una inquietante película que sí fue un éxito de taquilla pero que, como siempre, dividió a la crítica.

Personalmente me parece excepcional y contiene algunas de las secuencias más aterradoras que se han hecho: travellings históricos (como Danny circulando en su triciclo por los pasillos del hotel) y planos para la eternidad cinéfila (Nicholson asomándose por el agujero de una puerta que momentos antes había realizado con un hacha). Para variar, Kubrick vuelve a usar las últimas técnicas de la época, como por ejemplo la Steadycam, una cámara que puede ser llevada por un operador amarrada a su cuerpo y que no muestra ninguna vibración al rodar. En este caso, podemos observar metraje rodado con dicha cámara en la escena en la que Jack Torrance corre por el laberinto buscando al pequeño.

En resumen, una imponente obra cumbre en el género de terror (por qué no decirlo, de cualquier género) y que, si me permitís contaros, homenajeamos bautizando este humilde blog gracias a una de sus grandes y misteriosas escenas. No podréis morir en paz si no habéis visto aun esta maravilla.

La etapa final es un epílogo a la altura del resto de fases de su filmografía. «La Chaqueta Metálica» (para algunos su mejor película), «Eyes Wide Shut» (una de mis favoritas) y la base de la cinta que después firmaría Steven Spielberg, «Inteligencia Artificial«, dotan este final de similar grandiosidad y es que, cualquier cosa firmada por el maestro Kubrick, no podía ser de otra manera.

De ahí el título que le he dado a este post, porque sí, le echamos mucho de menos. Consiguió lo que muchos otros grandes aun sueñan: ser dueño y señor de sus creaciones teniendo el control total sobre sus obras sin que nada ni nadie pudiese variar ni un ápice lo que él comprendía como arte y la manera de plasmarlo. Es por esto que el número de leyendas y anécdotas sobre sus rodajes y lo que los rodeaba sean innumerables y enórmemente curiosos.

Era un hombre especial cuyo cine lo fue aun más. Era un genio. Era Stanley Kubrick.

Por Javier Gómez

Hazte con todas las Novedades --->

Click para comentar

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Anuncio

Lo mas vistos

10 cosas sobre Voldemort que quizá no sabías

Reportajes

Hazte con todas las Novedades --->