Os damos detalles de nuestras favoritas en lo que va de Festival de San Sebastián que, a pesar de las circunstancias, está resultando un éxito de organización. Estas son las elecciones de nuestros dos enviados a la ciudad donostiarra.
Another Round (Druk, Thomas Vinterberg, Dinamarca, 2020) – Sección Oficial
Uno de los fundadores del Dogma 95, Thomas Vinterberg, aterrizó en el Zinemaldía con Druk (Another Round), un ambiguo ensayo sobre el alcohol. A través de un supuesto estudio en el que se sumergen los protagonistas, el realizador danés pretende poner de manifiesto –expone con habilidad evitando resultar discursivo– los estados que cuerpo y mente (y la propia población danesa, potencialmente bebedora) experimentan al consumir alcohol; causas y consecuencias por las que alguien podría verse inmerso en esa espiral de osadía, euforia, lucidez finita y… autodestrucción. Ninguna obviedad, mala leche, crítica deconstructiva y escenas para recordar dentro de una mordaz película que protagoniza el siempre eficaz Mads Mikkelsen. Por Javier G. Godoy
La mujer del espía (Wife of a Spy, Kiyoshi Kurosawa, Japón, 2020) – Perlas
Ambientada en Japón al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, la cinta apuesta por alejarse del conflicto bélico para retratar las secuelas emocionales de sus personajes. Destaca la forma en que el cineasta centra la narración en las vivencias de sus protagonistas y, a la vez, enfatiza la importancia de su contexto social e histórico (determinante en sus vidas), al que deja fuera de campo o invisibilizado por un exceso de luz. Tan solo las imágenes de una película clandestina que se proyecta en el filme de Kurosawa muestran los horrores de la guerra. El cine se convierte, así, en testigo, en imágenes pese a todo. Por Cristina Aparicio
Ane (David P. Sañudo, España, 2020) – Nuevos Directores
David P. Sañudo presentó Ane, su primer largometraje, una adaptación de su cortometraje homónimo de 2018 con el que comparte un punto de partida similar y notables diferencias de estilo. Un díptico que aborda la desobediencia civil y su significado en un contexto muy particular, como es el de País Vasco, a la vez que explora los claroscuros de la relación entre una madre y su hija desde la propia estructura del relato (dos mitades que recogen las dos perspectivas de un mismo conflicto). Por Cristina Aparicio
Nomadland (Chloé Zhao, EEUU, 2020) – Perlas
Fantástica película que confirma a Chloé Zhao como una directora delicada y comprometida, capaz de expresar mucho con muy poco. La fabulosa interpretación de Frances McDormand está al servicio de una road movie existencialista que, además de narrar un viaje en círculo como forma de búsqueda vital, hace magia con el rostro de McDormand y lo que le rodea en cada etapa, planteando la necesidad (o no) de dejar atrás la sociedad convencional. Una bella película introspectiva que invita a mirar a nuestro alrededor desde el corazón y las tripas. Por Javier G. Godoy
La última primavera (Isabel Lamberti, España, 2020) – Nuevos Directores
En la línea de Entre dos aguas (2018) o A Ciambra (2017), la cineasta Isabel Lamberti rueda una ficción más cercana al documental costumbrista que al relato callejero al más puro estilo del cine quinqui. Ese atractivo hiperrealismo y la convicción de Lamberti, lleva a la película a evitar acertadamente profundizar en temas que, a priori, podrían resultar más interesantes (delincuencia, conflictos…). Esta decisión sirve para retratar a los protagonistas con una seductora autenticidad, sin obviar la ternura -incluso la emoción- implícita en la historia de esa familia. Al final, y gracias a unas prioridades bien definidas, el relato acaba poniendo el foco en los verdaderos problemas de gente que permanece toda la vida en la delgada línea que separa un digno día a día de la exclusión social. Por Javier G. Godoy
Passion Simple (Danielle Arbid, Francia, 2020) – Sección Oficial
El último trabajo de Danielle Arbid plantea incómodas preguntas para la que no hay respuestas complacientes. Y es que Passion Simple sin llegar a incomodar, desgrana los entresijos de una relación tóxica donde el deseo tiene el poder de anular voluntades, aspiraciones e incluso ritmos vitales y, en ningún caso, permite mejorar a quien lo experimenta. Hay una única perspectiva en esta historia, un único punto de vista que, sin caer en el reduccionismo, se centran en la experiencia de Hélène (es lo femenino lo que le interesa a su directora) una apasionada mujer interpretada por Laetitia Dosch cuya expresividad refuerza la ambigüedad que siente su personaje. A partir del primer plano, la cineasta retrata todo un sentir emocional, de corte feminista, que trasciende lo físico para armar un sólido discurso entorno al control del propio cuerpo. Por Cristina Aparicio
Menciones especiales: Patria (Sección Oficial fuera de concurso) / Fauna (Zabaltegui)