Otro día fenomenal en Donosti que invitaba a pasear, disfrutar las vistas desde el Kursaal, tomar algo por el casco viejo y ver cine, mucho cine.
Hoy hemos probado suerte con Barash, de la sección «Nuev@s Director@s«, un filme israelí sobre la homosexualidad y las sensaciones y sentimientos de una parte de su población más joven. Con algún guiño casi cómico hacia el conflicto con Palestina, el director Michal Vinik relata el despertar gay de una chica de 17 años que se ve atraída por una compañera de instituto. Esta, mucho más precoz y atrevida, introducirá a la joven protagonista en su primera toma de contacto con las drogas y clubes gays de Tel Aviv.
Algo plana y corta de miras. Olvidable.
Uno de los platos fuertes del día era Anomalisa, la esperada nueva película de Charlie Kaufman. El valorado guionista de películas como Olvídate de mi o Como ser John Malkovich, realiza un curioso estudio introspectivo sobre la soledad y la monotonía actual, a base de animación en stop-motion.
Al terminar la proyección se han escuchado aplausos y es que el filme de Kaufman, que no es para todos los públicos, ha gustado bastante a la crítica y a gran parte de los espectadores que han podido verla. El planteamiento es realmente creativo y original y es una película arriesgada a pesar de su aparente sencillez. Sin embargo, puede aburrir a cierto sector del público que pueda no conectar con su fondo y con su forma.
Pero el que de verdad ha dinamitado el Festival ha sido Raphael, que gracias a Alex de la Iglesia y su película Mi gran noche, ha protagonizado los momentos más divertidos de lo que va de certamen. La alfombra roja donostiarra brillaba y se tambaleaba al ritmo del griterío, las fotos y los aplausos al equipo del filme español.
Gran acogida por parte de los medios y el público del Festival que asegura habérselo pasado en grande con la última película del director madrileño. Una crítica voraz, desmedida y excesiva de la cultura musical y audiovisual patria con todo el talento de de la Iglesia y un fantástico elenco de actores a su servicio.
Y para acabar, nos hemos pasado por el Principal para ver Mi querida España, un documental de Mercedes Moncada que utiliza como hilo conductor a Jesús Quintero y muchas de sus entrevistas a partir de los años de la democracia en nuestro país.
Sin excesiva gracia y solo con el reclamo de algunos de los momentos que Quintero compartió con sus entrevistados, el festival se adentra en las opiniones de algunos de aquellos personajes que podían pertenecer o no a la renovada sociedad española inmersa en el gran cambio.
Por Javier Gómez y J.M.C.
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