«Bienvenido a Chicago. Esta ciudad apesta como un prostíbulo por la mañana«. Con esta frase comienza la relación entre Jim Malone (Sean Connery) y Eliot Ness (Kevin Costner). ´´Este es un agente federal encargado de luchar contra el contrabando de alcohol en el Chicago de los años 30 que tras conocer por casualidad a Malone, un honrado policía, le pide ayuda para acabar con Al Capone y su reinado del terror en la época de la Ley Seca. Una aventura policiaca, una de las grandes películas del género que acaba de cumplir 25 años y que envejece como pocas. Supuso la consagración de Brian De Palma como director, fue el inicio de la época dorada de Kevin Costner, Connery recibió un Oscar como mejor actor secundario y es uno de los trabajos más representativos del gran compositor italiano Ennio Morricone, que aunque no obtuvo el Oscar si se llevó el BAFTA. Y además Capone es Robert De Niro… casi nada.
El filme es una joyita en todos los aspectos técnicos y artísticos. Cargada de detalles, de guiños a otros grandes títulos del cine y todo un ejemplo de rentabilidad (costo 25 millones de dólares y solo en EE.UU recaudo 76). Relata los sucesos acontecidos en el Chicago de la Ley Seca, cuando Al Capone y los suyos vendían alcohol, extorsionaban, asesinaban… etc. Ness reúne a un grupo de agentes para intentar meterle entre rejas. Entre estos agentes esta Malone, un agente del tesoro a quien da vida Charles Martin Smith y el cadete de policía con mejor puntería de su promoción al que interpreta Andy Garcia. En el otro bando está el enorme Robert De Niro que para este filme engordo 15 kilos y se rasuro parte de la cabeza para parecerse más a Capone. Además también vestía ropa interior de seda tal y como hacia el mafioso, a pesar de que en ningún momento aparece en paños menores. Con un elenco así De Palma ya se podía quedar tranquilo con respecto al apartado de la interpretación. Y eso que a este reparto se llegó tras barajar una gran cantidad de nombres. El papel de Ness fue rechazado por Mel Gibson y por Harrison Ford y también se había pensado en otros actores de la talla de Jeff Bridges o Don Johnson. Al final se lo lleva Costner que demuestra que es más que un tío guapo (luego le llegaran películas como Bailando con lobos o El guardaespaldas). Más claro tenia De Palma el papel de De Niro que al igual que Al Pacino pasaron unos años siendo muy demandados para los papeles de mafiosos.
La narración, la intriga, la tensión que destila esta historia no sería la misma si no fuese por el excelente y original trabajo de Morricone, (nominado al Oscar que finalmente fue para Ryuchi Sakamoto, David Byrne y Cong Su por El último Emperador). La banda sonora es ágil, contundente, rotunda y en ocasiones escalofriante. Uno de los aspectos más sobresalientes del filme, una obra maestra que forma parte de los más de 500 trabajos realizados por el italiano para el cine. Morricone es sin duda uno de los mejores compositores de la historia, nominado en numerosas ocasiones a los Oscar y que obtuvo su reconocimiento (al fin) en 2006, por toda su carrera, de la mano de un colega compositor y enorme cineasta, Clint Eastwood (compone las bandas sonoras de gran parte de sus películas).
Y sin querer desvelar nada más del argumento (es una historia basada en hechos reales que sabemos cómo acaba), es imprescindible resaltar algunas escenas de la película: El inicio es casi perturbador y esta rodado con gran maestría. La escena en la que De Niro está siendo afeitado ante la prensa mientras les ofrece a los periodistas titulares, es excepcional y además los utensilios con los que se afeita y se le hace la manicura al mafioso pertenecieron realmente a Capone. La reunión en la que Capone se hace con un bate para partir el cráneo de un traidor…es sublime e imposible de olvidar. Y otra de las grandes escenas del filme es el tiroteo en la estación, un homenaje a la escena de las escaleras de Odessa de «El Acorazado Potemkin» (1925), un clásico del cine dirigido por Sergei Einsenstein que ha inspirado a tantos cineastas. Rodada por De Palma a cámara lenta, resalta así la tensión del momento, la enorme violencia de la época, la angustia de una madre… y hasta aquí puedo escribir.
Un filme completo, cargado de violencia, con una clara división entre el bien y el mal, una ambientación perfecta del Chicago de los 30, unos actores excepcionales y una banda sonora irrepetible. En los últimos años se ha rumoreado que habrá una secuela. Yo casi prefiero seguir contando los años que cumple esta.
Por Lore Perez