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María Aller

Recomendación de la Semana: Sobran las Palabras

Ella siempre será Elaine Baines, y por supuesto a él se le recordará como Tony Soprano. Y ahora se les ve en la gran pantalla, en uno de esos títulos que habla al público con sinceridad, sin remilgos, sin carcajadas extremas ni retorcidos melodramas.

El argumento habla sobre el momento de la vida en la que la soledad acecha a la vuelta de la esquina, la etapa en la que ya uno se ha recompuesto de tantas decepciones en el amor que hace vivir a uno en una nube de escepticismo frente a los posibles romances. Por eso, mejor ir al lío sin tapujos ni vergüenzas de ningún tipo cuando aparece la oportunidad.

El romanticismo en el celuloide viene casi siempre etiquetado en personajes que rondan la veintena o la treintena; y parece que si se tiene más de cuarenta, sobre todo si eres  mujer, es casi inexistente.
«Sobran las palabras» encierra un agradable trasfondo en su interior, que fluye mediante grandes diálogos para contar una nimia historia, la de Eva, una madre divorciada que se gana la vida como masajista y cuya hija partirá en breve para la universidad. Exenta de moralinas cursis que no llevan a ningún sitio, el filme presenta un amor tal y como es, con un pequeño percance que puede pasar en la vida real.
Para explicarlo, qué mejor que contar con dos grandes interpretaciones. Con este protagonista, Julia Louis-Dreyfus (Seinfeld) recibe el reconocimiento más que merecido. Ella confecciona una Eva entrañable y embelesadora, una mujer que de primeras parece poquita cosa, pero que es más fuerte de lo que parece, que sigue adelante pese a los problemas, manteniendo su sonrisa, escuchando a sus amigos o a la insegura amiga de su hija. En su camino aparece Albert, que dista mucho del galán apuesto típico: es un hombre divorciado, muy socarrón pero afectuoso como un osito de peluche. James Gandolfini nos dejaba el pasado junio, y Albert, al que da ganas de abrazarle, fue su penúltimo personaje.

  
Ambos como pareja emanan mucha complicidad y ternura, capaz de aumentar el atractivo de la cinta. Juntos intentarán sobrellevar los problemas: él su separación y la relación con su ex y su hija, mientras que ella asimila poco a poco el mal de “nido vacío” que padecerá cuando su retoño se independice.
El amor ilusiona a todas las edades, y cada etapa tiene sus problemas: divorcios, hijas adolescentes, kilos de más, soledad, etc. De eso habla este título, cuya directora, Nicole Holofcener, también la escribe y la trata con tanto mimo que consigue engrandecer el género de la comedia romántica.
La película ha supuesto la consolidación justa para Julia, además de una despedida digna para James. Sin duda “Sobran las palabras” es una opción para pasar un rato agradable, pero sin quererlo se ha convertido en un regalo póstumo que el actor nos ha dejado. Por eso no podemos evitar que la sonrisa que se nos dibuja al final sea un poco nostálgica.

Lo mejor: Los sutiles Gandolfini y Louis-Dreyfus.

Lo peor: Una chispa más de carácter no hubiera venido mal.
Por María Aller
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