Eva von Bahr y Love Larson por Un hombre llamado Ove
A favor: Con un pequeño equipo de maquillaje, Evan Bon Marh y Love Larson envejecen de manera hiperrealista a sus protagonistas. Fogueados en la saga Millenium, y con su firma en taquillazos como Skyfall, el equipo de la película (ya nominado anteriormente por El abuelo que saltó por la ventana y se largó) toma al típico solitario gruñón y lo envejece de forma naturalista y acertada.
En contra: No está respaldada por un gran estudio, carece de la espectacularidad de sus dos rivales, y después de haber visto como transformaron a Brad Pitt en El curioso caso de Benjamin Button, cualquier envejecimiento es pura anécdota.
Alessandro Bertolazzi, Giorgio Gregorini y Christopher Nelson por Escuadrón suicida
A favor: Sin entrar en detalles sobre la calidad de la película (incluida por Redrum entre lo peor de 2016) tenemos que admitir que el trabajo de maquillaje realizado por el mastodóntico equipo de Alessandro Bertolazzi (El fantasma de la Opera, Babel, J. Edgar, Corazones de acero…) destaca sobre el resto de la película. Para muestra dos botones: la dificultad y el resultado del maquillaje integral del Joker de Jared Leto, y la transformación Cara Delevingne en La Hechicera.
En contra: La crítica de la película, la estética cyberpunk pasada por el tamiz choni, así como la falta de carisma de sus personajes, impide que una persona inteligente tolere que Escuadrón Suicida tenga un Oscar en su haber.
Joel Harlow y Richard Alonzo por Star Trek:Más allá
A favor: Con toda la saga de Piratas del Caribe a sus espaldas, y trabajos de altura como El Grinch o El planeta de los simios de Tim Burton, Joel Harlow parte como favorito para llevarse la estatuilla por su trabajo en la última entrega de la saga Treky, donde ya había trabajado en sus dos primeras película con JJ Abrams (ganando el Oscar en 2009, en un momento que Ben Stiller hizo histórico). El equipo de Harlow ha trabajado en la elaboración de decenas de prótesis y máscaras para convertir a cincuenta actores en diferentes habitantes de otros planetas. El nivel de detalle, el diseño y sus texturas son prácticamente perfectos, sin un solo patinazo, en un trabajo que, recuerda Harlow “tienes que pensar que detrás de cada máscara y cada peinado hay un actor, y además de pasar a tres dimensiones estos diseños, no puedes olvidar el carácter del actor y el personaje”.
En contra: Su propio éxito y ser un favorito tan claro, algo que, cómo en los cónclaves para elegir el Papa, es contraproducente. La factura del trabajo de maquillaje en Star Trek: Más allá (Star Trek Beyond) es casi perfecta, pero no sorprende dentro de una saga que nos ha dado personajes de lo más recargados.