“Las familias felices se parecen entre sí, las infelices son desgraciadas cada una a su manera”. Esta es una gran frase que siempre me ha parecido muy real, y no sólo una frase. No la dijo cualquiera, la escribió Tolstoi en su Anna Karenina.
Sin embargo, esta es la historia de una familia feliz, más o menos, pero muy atípica. Que arranca con la muerte de un padre que abandonó a sus hijas, y se buscó otra familia. De ese hecho nació la hermana que se menciona en el título, y que en otra historia sería objeto de odio, o rencor. Pero en esta el reencuentro de las hermanas será el comienzo de una nueva vida juntas.
La familia y sus recovecos son un tema recurrente en la filmografía de Hirokazu Koreeda, pero cada vez con una mirada distinta. Según sus propias palabras, ha evolucionado de las historias que contaba como hijo a las que cuenta ahora como padre. Las premisas en las películas de este director japonés siempre son algo así como, ¿Qué harías tu si..? En esta ocasión, Koreeda te pregunta directamente si adoptarías y te harías cargo de tu hermanastra, dejando a un lado tus problemas, siendo parte de algo más grande que tú misma. Ya en su anterior cinta De tal padre, tal hijo (Like Father, Like Son, 2013) ponía alto el listón, ¿Qué harías si el hijo que adoras no fuera el tuyo, y apareciera otra familia con tu hijo biológico? Por este trabajo recibió el Premio Especial del Jurado en Cannes. Por cómo se enfrentan sus personajes a esas premisas, que hacen con ellas, y donde les llevan, son tan personales y únicas las películas de Koreeda, famoso y respetado director en su Japón natal, que a nivel internacional se dio a conocer con la aclamadísima Afterlife (1999).
Nuestra Hermana Pequeña (Our little sister) fue galardonada con el Premio del Público en el pasado Festival de San Sebastián. Y es que su visionado es realmente un placer para el espectador sea el momento que sea. Rodada con una belleza y armonía vehementes, es imposible no sumergirse en el universo de estas mujeres, con su positividad y sus momentos de absoluta felicidad. Y no nos engañemos, es una historia de mujeres, feminista, dijo el director en una entrevista; fuertes, unidas, incluso valientes, pero también sensibles, buenas, con defectos, que no dejan que su pasado dicte su presente ni su futuro.
Habría que preguntarle al realizador nipón, pero podrían existir influencias en estas cuatro hermanas de las Mujercitas de Louisa May Alcott: otras cuatro hermanas muy distintas entre ellas, muy unidas, que a ratos no se soportan pero no podrían estar separadas, que crecen y evolucionan juntas. Las cuatro bellas y talentosas actrices de esta película, son unas desconocidas totales para el público occidental, pero las dos que interpretan a las hermanas mayores, Haruka Ayase y Masami Nagasawa son auténticas estrellas en el país nipón.
Por último, añadir que música y fotografía destilan poesía, pero sin empalagar, sin endulzar demasiado, mostrando una imagen bella y real al mismo tiempo.
Lo mejor: varios momentos realmente conmovedores.
Lo peor: que algunos espectadores no superen los prejuicios sobre el cine oriental y se pierdan esta maravilla.