Que un género como el true crime cope lo más visto cada semana en las diferentes plataformas que saturan el sector no es un fenómeno novedoso. El crimen vende. El morbo, el miedo, el “basado en hechos reales” hace salivar al más pintado, y así ha sido desde que Caín (supuestamente) mató a Abel, y a partir de entonces la historia se pobló de rashomones, historias enrevesadas que requerían de una investigación en profundidad para esclarecerse, y que aun así dejan la puerta siempre abierta al “y si….”. Las porteras (y porteros) voceaban lo más escabroso de El caso, y Televisión Española recogió el testigo con La huella del crimen, o más recientemente con series de ficción basadas en crímenes reales, como Fago (2008), o este mismo año con Edelweiss.
Alejados de la ficción, y siguiendo los patrones clásicos de los true crimes americanos, llega ahora a RTVE Play la producción Lucía en la telaraña, dirigida por el multipremiado periodista de investigación, Tomás Ocaña. En esta miniserie de 5 episodios se nos narra el asesinato en 2008 de la malagueña Lucía Garrido, y su posterior investigación, que destapará algunos de los mayores casos de corrupción policial que se han dado en la historia reciente de España. Cumpliendo con los cánones, se hace una presentación y un seguimiento cronológico de los hechos, apoyados en los valiosos testimonios de gran parte de las personas implicadas. Uno de los handicaps de esta serie documental es la única presencia de personas del entorno de la asesinada, y prácticamente nada de los acusados, aunque al final de cada capítulo se nos recuerda que todos los implicados han sido invitados a participar, sin que ninguno haya accedido.
Lo interesante del caso, y por tanto de la serie, son las distintas ramificaciones que el caso tiene en torno al trágico y cobarde asesinato de Lucía Garrido. Una densa maraña de crímenes que los guionistas han sabido presentar de forma clara, aunque para ello hayan necesitado 5 largos episodios. La estructura, repetida una y otra vez en este formato, a base de entrevistas, archivo, y unas extrañas transiciones, no disgustará a aquellos que aman el true crime al más puro estilo americano, lo que apoyado en una factura impecable en la realización y el montaje, ayudan a que la serie se vea con interés, e incluso por momentos con verdadera devoción. A esto ayuda el valiente testimonio de Rosa Garrido, hermana de la asesinada, y verdadera heroína de la historia que se nos presenta.
Por otro lado, sin entrar a valorar los hechos que se narran (el hedor a corrupción e impunidad lleva en ocasiones hasta la náusea) sí que se transita por algunas manidas consignas emocionales, lo que unido a juicios de valor de los propios entrevistados, hace que el documental tenga un componente ligeramente sensacionalista a la hora de presentar a los héroes, y de juzgar a los villanos. Y sin embargo la fuerza del mensaje te lleva a ver la serie de una sentada, en parte por el buen hacer de su director, que sin duda domina el lenguaje de un género que no se agota.
