¡Uyyy! ¡Casi! ¡El niño bien de Hollywood está rozando el límite! Llegan los 40 años, pero mientras vive sus últimos 365 días en la treintena, vamos a provechar para felicitarle (nació el 11 del 11 del 74) y repasar qué ha hecho el guaperas de Leonardo DiCaprio para ser uno de los personajes más influyentes de Hollywood.
Happy birthday…to me |
Puede que parte del respeto y la admiración que causa haya sido su precocidad. Después de pasear sus felinos ojos azules y su rubio a tazón por los platós de detergentes, bollería y otros productos que necesitaban una imagen típicamente americana para sus comerciales, la oportunidad de elevarse por encima de la media le llega con dos proyectos. La malísima «Critters 3» (qué tiernos eran esos pequeños hijos de puta con sarna) y la no mucho mejor (serie en este caso) Los Problemas Crecen, donde daba réplica a Kirk Cameron en la pantalla, antes de hacerlo en la Super Pop. Destaca, como era de esperar, y le llega el papel de su vida: «¿A quien ama Gilbert Grape?», un dramón en el que ejerce de hermano retrasado de Johnny Depp, y por el que recibió su primera nominación a los Oscar con tan solo 19 años. Pero, como decía Robert Downey Jr en «Tropic Thunder»…
La fama de estrella en ciernes no le sentó muy bien al joven Leo, y sus siguientes proyectos, si bien dejan un poso de saber hacer ante las cámaras, son productos de una calidad bastante dudosa: «Rápida y Mortal«, «Diario de un rebelde» o «Romeo y Julieta» quedan muy bien en las carpetas de los institutos, pero en la pantalla no pasan del nivel pestiñodemediodiaenAntena3.
Otro Cameron le aúpa de nuevo a la primera fila, de nuevo por cantidad más que por calidad. «Titanic» hace de nuestro homenajeado un mito intemporal. Y aunque muchos solo le recordamos como un Frigo Pie, hay que reconocer que la multimillonaria historia del transatlántico permite a Leo elegir sus papeles sin apuro y con tino. Tanto, que termina trabajando con los más grandes: «El hombre de la máscara de hierro», su “Woody Allen” en Celebrity (brillante), «Atrápame si puedes» con Spielberg, «Diamante de sangre» (nueva nominación a los Oscar), «Red de mentiras» de Ridley Scott, «J.Edgar» con Clint (IsGood), «Django desencadenado» de Tarantino…y sí, sí, tranquilos, ahora va la mención aparte.
En 2001 comienza a rodar con Scorsese la epopeya «Gangs of New York», el proyecto más personal del genio italoamericano. Y entre que uno llevaba 10 años buscándole sustituto a DeNiro, y que el otro no encontró un lugar mejor en el que invertir su incipiente fortuna, comienza una colaboración mutua que, sin llegar a ser brillante, se podría considerar de rancio abolengo: «El Aviador» (mucho caldo y poca chicha), «Infiltrados» (maravillosa vuelta de Scorsese a los bajos fondos, esta vez en Boston), «Shutter Island» (más de lo que todos consideran) y próximamente «The Wolf of Wall Street», en la que se juntan la Santísima Trinidad: Scorsese, DiCaprio y Terence Winter (Los Soprano, Boardwalk Empire) en el guión.
Si nenas, juntos somos imparables
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Y ahora, abusando de la confianza del lector, me voy a permitir el lujo de hablar de la que considero la mejor actuación del Gran Leo. ¿«Inception«? ¿»La Playa»? ¿La habitación de Marvin? Pues no. En 2008 al británico Sam Mendes se le ocurre juntar en la pantalla a su, entonces, mujer (Kate Winslet) y a la que había sido su pareja en el mayor éxito de todos los tiempos, «Titanic». El genial Mendes debe ser un poco sádico, porque se propuso destrozar el halo de amor eterno que rezumaba la cinta de James Cameron. DiCaprio conforma un espléndido e impecable personaje destrozado por las expectativas, superado por la realidad. Un hombre que no es capaz de adaptarse a su tiempo y que deja que su matrimonio se desangre ante la imposibilidad de reconocer un acentuado fracaso personal. Un drama trágico, que dejó momentos de auténtico cine, sobre todo cuando el triángulo lo cerraba un inspirado Michael Shannon:
Disfrute del último año en la década de los 30, amigo Leo, ya que la de los 20 se la ha bebido toda en «El Gran Gatsby».
Por J.M.C
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