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Dennis Lehane: Del libro a la pantalla

Hablar de Dennis Lehane es hablar de uno de los indiscutibles referentes contemporáneos de la novela negra norteamericana. Nacido en Boston, en el antaño conflictivo barrio irlandés de Dorchester, rodeado de tensión racial y las luchas obreras para salir adelante, vivió en sus propias carnes lo que significaba ser hijo de inmigrantes irlandeses, por lo que desde muy temprana edad comenzó a escribir sobre ello. Las luchas raciales, la violencia, la delincuencia, el hampa y la ciudad de Boston son constantes en su literatura, pero hay además otro rasgo que marca (si no en su totalidad, si subyace en la trama para marcar el devenir de sus personajes) sus novelas: el abuso infantil o del débil. Esto tiene mucho de cinematográfico, de hecho también se gana la vida escribiendo guiones y pertenece a esa élite de escritores, desde George Pelecanos a Richard Price, que colaboró con David  Simon en The Wire. Aprovechando el estreno de la última adaptación al cine de una de sus novelas, Vivir de noche (Live By Night, 2016), realizada, escrita y protagonizada por Ben Affleck, recordaremos las anteriores adaptaciones  al cine que se han llevado a cabo de la obra del creador de la pareja de detectives Patrick Kenzie y Angela Gennaro y que han dado como fruto películas más que notables.

La primera adaptación a la gran pantalla de una novela de Lehane la llevo a cabo el gran Clint Eastwood. Mystic River (2003) le supuso al escritor americano entrar por la puerta grande de Hollywood y ser apreciado a nivel mundial. Con este film el director republicano consiguió una obra maestra donde confluyen todos los rasgos de la literatura de Lehane. En un barrio obrero de Boston tres amigos juegan siempre al hockey en la calle, una tarde, uno de ellos será secuestrado por dos pederastas y lo tendrán secuestrado cuatro días tras los cuales logrará escapar, aunque habiendo sufrido unas heridas emocionales que siempre le acompañarán. Veinticinco años después cada uno ha seguido su vida y el destino los volverá a reunir cuando la hija de Jimmy (Sean Penn) sea encontrada brutalmente asesinada. En palabras del escritor de Dorchester, Eastwood comprendió a la perfección su novela, consiguiendo un film duro, oscuro y nada complaciente, un fiel reflejo del universo Lehane; ese Boston de hombres duros y pequeños hampones en el cual la venganza y la rabia están por encima del sentido común, ese Boston obrero en el que encontrar salidas es un imposible (o estas con la ley o en el otro lado). El guión, adaptado por Brian Helgeland, le supuso una nominación a los Oscar, mientras que Eastwood dirigía de forma ejemplar (casi como una norma, acabó el rodaje antes de la fecha asignada). Unos inmensos actores dieron vida a esos personajes, Sean Penn en absoluto estado de gracia demostró con inteligencia y sensibilidad de lo que es capaz a la hora de interpretar a un complejo personaje, violento, lleno de pliegues y contradicciones y de una amargura infinita. Como era de esperar, le concedieron la dorada estatuilla. Tim Robbins interpretó a Dave, el amigo traumado tras sufrir abusos y que el actor desarrolló, con una absoluta comprensión del personaje, alejándose del histrionismo y la sobreactuación. Por ello, también obtuvo el Oscar al Mejor actor secundario. Pero no solo ellos, todo el elenco está magnifico, Marcia Gay Harden, Laura Linney – ¡Qué maravilla de Lady Macbeth!-, Kevin Bacon… En fin, una obra maestra.

Clint Eastwood posa junto a los oscarizados Tim Robbins y Sean Penn.

Clint Eastwood posa junto a los oscarizados Tim Robbins y Sean Penn en 2003.

La siguiente adaptación de una novela de Dennis Lehane fue toda una sorpresa, el debut del blandito Ben Affleck en la dirección iba a ser la cuarta novela de la serie sobre los detectives Patrick Kensey y Angela Gennaro, Desapareció una noche, titulada aquí Adiós pequeña, adiós (Gone Baby Gone, 2007). Y digo sorpresa porque resultó un debut brillante y ejemplar (además de adaptar el guión) con el que nos hizo cambiar la forma de mirar al actor de Cambridge. Kensey y Gennaro son contratados por una familia de Dorchester (puro Lehane) para que investiguen la desaparición de una niña de cuatro años, todo apunta hacia un ajuste de cuentas por drogas contra la madre. Meses más tarde, al desaparecer otro niño el caso dará un giro inesperado. Affleck consiguió reflejar la atmosfera Lehane y los bajos fondos de Boston y, de nuevo, los niños son los grandes perjudicados y maltratados. Uno de los grandes aciertos de la cinta, y del director,  fue no concederse el papel protagonista en beneficio de su hermano Casey Affleck (menor en edad, mayor en talento interpretativo) el ahora nominado como Mejor actor por su trabajo en Manchester frente al mar (Manchester By the Sea, 2016),  en uno de sus primeros personajes de peso. También destacar, por supuesto, a Amy Ryan en el papel de Helen, la madre de la niña, papel por el que fue nominada a Mejor actriz de reparto gracias a su demostración de autenticidad y sufrimiento. Affleck consiguió un film áspero y sucio como ese Dorchester marginal que nos muestra, una película adulta y deslumbrante y anticipo de lo que el director iba reflejar en sus films venideros.

En 2010 llegó el turno de la adaptación de Shutter Island, única de sus novelas que no transcurre en Boston, y que dirigió el gran Martin Scorsese. Con esta novela el autor buscó recrear el cine de misterio y novelas pulp de los 50, «He querido que el lector se sienta como drogado» y quien mejor para este viaje alucinado que el maestro Scorsese y ese animal de la interpretación que es Leonardo DiCaprio. En el verano de 1954, los agentes Teddy Daniels (DiCaprio) y Chuck Aule (Mark Ruffalo) son enviados a una extraña y remota isla del puerto de Boston para investigar la desaparición de una peligrosa interna de un hospital psiquiátrico. Pronto descubrirán que el lugar esconde más de un secreto. La novela, y a la sazón el film, es un reflejo del paranoico macartismo de los 50 y de los trapos sucios del sistema. Scorsese nos sumerge en una atmosfera oscura y siniestra, en la que no sabemos que es real y que no, trayecto psicótico y esquizofrénico (con un DiCaprio completamente entregado) hacia un giro final que tumba al más pintado. El genio de Queens nos vuelve a dar otra clase de su talento sin igual consiguiendo un film único.

Finalizo haciendo mención a La entrega (The Drop, 2014) que a pesar de ser una adaptación de Lehane, con guion propio, se basa en un relato corto, pero reseñable por ser una buena película interpretada por dos grandes, Tom Hardy y James Gandolfini en su último papel antes de fallecer repentinamente.

Aprovechen para ir al cine, ver Vivir de noche (Live By Night, 2016) y conocer un poco más del universo Lehane. Tampoco estaría mal pasar por una librería y adquirir su novela recién publicada en España, Ese mundo desaparecido, tercera parte de la trilogía comenzada con Cualquier otro día y continuada con Vivir de noche, alrededor de las vivencias de la familia Couglin.

Por Javier Gadea
@Javichul
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