Supongamos que hace mucho tiempo dejaron de verse por el mundo aquellos hechos extraordinarios que llenaron las páginas de los libros y nuestras mentes de magia y leyenda. Después de tanto tiempo acostumbrados a ver la vida pasar y a que no suceda nada extraordinario (o a que nos lo cuenten), solo la magia del cine nos provee de esas ilusiones que, en algunos casos, son verdaderos milagros. Sabemos de antemano que no son reales, pero nos fascinan como si lo fuesen.
Para darle sentido a todo esto es justo y necesario acordarnos de aquellas personas que, a lo largo del tiempo, han sido los verdaderos artífices de esos hitos cinematográficos haciendo creer a los espectadores que lo que tenían delante de sus ojos estaba sucediendo. Diez hombres que hicieron historia, diez mentes privilegiadas que lograron convertirse en ingenieros de lo imposible.
GEORGE MÉLIÈS
El cine, y no solo su magia, le deben muchísimo a este ilusionista francés que forma parte de la historia del Séptimo Arte por ser un autentico visionario además de un genio. Pionero en el uso de las exposiciones múltiples y los fotogramas coloreados a mano, el cineasta convirtió dos de sus películas, Viaje a la luna (Le Voyage dans la Lune, 1902) y El viaje imposible (Voyage a travers l’impossible, 1904), en dos de los trabajos cinematográficos más influyentes de todos los tiempos.
En el vídeo bajo estas líneas podréis ver en Alta Definición Viaje a la luna, considerada como la primera película de ciencia ficción que, junto a El viaje imposible, fue reestrenada en Cannes en el año 2011. La versión restaurada y en color del cortometraje de 1902 incluía además escenas extra y otra banda sonora.
RAY HARRYHAUSEN
Nacido en Los Ángeles en 1920, Harryhausen fue productor además de técnico en efectos especiales. En este caso, su depuradísimo estilo con la técnica del stop-motion (animación fotograma a fotograma) dio a luz muchas de las criaturas que hicieron historia a lo largo de la extensa filmografía en la que participó. Simbad y la princesa (Nathan Juran, 1958), Jason y los argonautas (Don Chaffey, 1963), Furia de titanes (Desmond Davis, 1981) o El gran gorila (Ernest B. Schoedsack, 1949), película con la que ganó su único Oscar, son algunos de sus trabajos más destacados. Falleció en 2013.
DENNIS MUREN
Haber trabajado a las órdenes de gente como Steven Spielberg, George Lucas o James Cameron y haber ganado nueve Premios Oscar dan a este artista de los efectos visuales un lugar especial en la historia de la cinematografía. Nacido en California en 1946, Muren fue responsable de los FX en películas como Star Wars, la trilogía de Indiana Jones o Parque Jurásico (Steven Spielberg, 1993). Esta última, junto a Terminator 2 (James Cameron, 1991), terminaron de posicionarlo en el olimpo de los genios de los efectos visuales.
Conocida es su anécdota con Spielberg antes de empezar a rodar Parque Jurásico: el director nunca imaginó que alguien pudiese mostrarle cómo podían rodarse los dinosaurios de su película… hasta que Dennis Muren le enseñó aquella prueba con los gallimimus que después acabaría siendo una escena mítica. Spielberg no dudó; era el momento de dar el gran paso.
PHIL TIPPET
Al primero que le temblaron las piernas con la llegada de los efectos por ordenador fue a Phil Tippet, ganador de dos Oscar (El retorno del Jedi y Parque Jurásico), que siempre pensó que su carrera había llegado al final pues su especialidad eran el stop-motion y la creación de marionetas. Nada más lejos de la realidad, Spielberg le demostró que su trabajo era igual de importante o más que el de un ordenador y así lo premió la Academia.
Su magnífica labor y la de su equipo se ve reflejada en películas como El chico de oro (Michael Ritchie, 1988) Willow (Ron Howard, 1988) o Cariño, he encogido a los niños (Joe Johnston, 1989), sin embargo, más recientemente su estudio profesional decidió reciclarse y dedicarse a la animación por ordenador de manera exclusiva: Starship Troopers (Paul Verhoeven, 1997), Evolution (Ivan Reitman, 2001) o Hellboy (Guillermo del Toro, 2004), son algunas de sus creaciones.
STAN WINSTON
Considerado por muchos el mejor en su campo, Winston fue director además de creador de efectos especiales (coodirigió junto a Michael Jackson su genial videoclip Ghosts). Ganador de cuatro Premios Oscar por Aliens, el regreso (James Cameron, 1986), Terminator 2 (maquillaje y efectos visuales) y Parque Jurásico, Stan Winston forma parte de los genios que forjaron el imaginario de Hollywood durante casi dos décadas gracias a sus criaturas: Depredador, el Pingüino de la segunda parte del Batman de Tim Burton, los robots de Inteligencia Artificial (Steven Spielberg, 2001) o Eduardo Manostijeras (Tim Burton, 1990), son hijos de un profesional único que, desgraciadamente, murió a los 62 años debido a un mieloma múltiple.
RICK BAKER
Hablamos de uno de los mejores maquilladores de todos los tiempos, padre de algunos de los trabajos más impactantes que ha dado el Cine. Sus prótesis y efectos especiales protagonizaron algunos de los momentos más terroríficos de la historia: El Exorcista (William Friedkin, 1983), Un hombre lobo americano en Londres (John Landis, 1981), Men in Black (Barry Sonnenfeld, 1987) El planeta de los simios (Tim Burton, 2001) o Hellboy (Guillermo del Toro, 2004).
La llegada del CGI aceleró su retiro en 2015. A propósito de esto dijo: “Creo que es el momento correcto. Tengo 64 años y la industria está muy loca hoy en día. A mi me gusta hacer las cosas bien, pero ahora lo quieren todo rápido y barato. Así no trabajo yo. Puede que trabaje asesorando en alguna ocasión, pero no volveré a trabajar como un estudio más nunca.”
DOUGLAS TRUMBULL
Si hablamos de fotografía especial para el cine, esa que refleja algo que no existe pero nos traslada la imagen como si la tuviésemos realmente delante de nuestros ojos, hablamos del señor Douglas Huntley Trumbull. En otras palabras, hablamos del espectáculo visual que supusieron 2001: Una odisea del espacio (Stanley Kubrick, 1968), Encuentros en la tercera fase (Steven Spielberg, 1977), Blade Runner (Ridley Scott, 1982) o El árbol de la vida (Terence Malick, 2011). Es decir, palabras mayores.
Además lo llevaba en la sangre. Su padre, Donald Trumbull, fue el responsable de los efectos especiales de El mago de Oz, la película que Victor Fleming rodó en 1939 y que ya parecía presagiar el talento familiar. No es de extrañar que en 2012 le fuese otorgado el Premio George Méliès, de quien precisamente hablábamos al principio del artículo.
RICHARD TAYLOR
Este neozelandés alto, rubio y con cara de bonachón, es el creador y máximo responsable de Weta Workshop, la empresa de efectos especiales encargada de hacer creible Mordor, la Tierra Media, Gollum o al Kong del remake de Peter Jackson. Ha ganado cuatro Premios Oscar y cuatro BAFTA y el 7 de junio de 2010 fue nombrado Knight Companion de la Orden del Mérito de Nueva Zelanda por sus servicios al cine.
Si uno quiere apreciar realmente su excelso trabajo solo necesita ver todos los extras de las versiones en DVD y Blu-Ray incluidos en la trilogía de El señor de los anillos, verdadero documento para demostrar el enorme trabajo de uno de los mejores creadores de fantasía de la actualidad.
TIM WEBBER
Decir Gravity es decir hito cinematográfico. Y decir Gravity es decir Tim Webber, máximo culpable de afirmaciones como la de James Cameron tras ver el film: «Es la mejor película del espacio que jamás se ha hecho«. Por supuesto, también responsable (junto al talento de Alfonso Cuarón) de que, en la edición de los Oscar de aquel año, la película se fuese con siete premios en el bolsillo.
Pero en la carrera de Webber hay más logros. Avatar (James Cameron, 2009), El Caballero Oscuro (Christopher Nolan, 2008) o Harry Potter y el cáliz de fuego (Mike Newell, 2005), son otros de sus grandes trabajos como supervisor de efectos especiales en la compañía Framestore. Sus recientes éxitos lo han convertido en uno de los creadores más cotizados de la actualidad, pues ha cogido con fuerza el relevo de aquellos otros innovadores que han ido retirándose.
REYES ABADES
Alejado de la grandilocuencia de las producciones y presupuestos hollywoodienses encontramos a Reyes Abades, nuestro genio patrio particular. Ganador de nueve Premios Goya, el maestro de los FX nacido en Badajoz en 1949, consiguió además ser condecorado con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, premio merecidísmo por su enorme aportación al cine español.
Trabajos como el realizado en El día de la Bestia (Álex de la Iglesia, 1995) El laberinto del fauno (Guillermo del Toro, 2006) o Días Contados (Imanol Uribe, 1994) demostraron que él y su equipo eran los mejores, un grupo al que hacer responsable de los FX con total confianza. Desde 1990, con ¡Ay, Carmela! (Carlos Saura, 1990), no ha parado de trabajar.