Conéctate con nosotros

María Aller

HOY HABLAMOS DE… Declaraciones de amor en el Cine


Sí, es cierto. Es el tema más recurrente de la Historia del celuloide. También el que más se espera en la película. 

Se pueden contar por centenares, pero hay algunas que se quedan más en la memoria que otras y que, además, consiguen no caen en topicazos. Empezamos:
PERSIGUIENDO A AMY (Kevin Smith, 1997)
Holden (Ben Affleck) no aguanta más y decide sincerarse con su amiga Alyssa (Joey Lauren Adams) para decirle que está enamorado de ella.
A más de uno o una le han dado ganas de confesarse como hace aquí el personaje de Affleck. De manera directa, franca, y con la valentía de saber que quizá pierda a la otra persona para siempre. Una lección sobre cómo expresar libremente los sentimientos al colega que te vuelve loco/a.
ORGULLO Y PREJUICIO (Joe Wright, 2005)
Jane Austen era una fan de los tejemanejes amorosos. Juntando esto a las circunstancias contemporáneas que le tocó vivir (en las cuáles el mantener las formas era primordial)  consigue que el momento amoroso entre sus personajes sea una meta ansiada por su público.
En la película basada en su novela, el Señor Darcy (Matthew Macfadyen) se declara a Lizzy (Keira Knightley) después de muchos malentendidos por ambas partes.
Pese a las formalidades de la sociedad victoriana y el frío de la campiña inglesa, las palabras del aristócrata llegan al espectador de la manera más cálida. Y con una lección de buenos modales que nunca está de más.
Pinchad aquí para ver el vídeo

MOULIN ROUGE (Baz Luhrmann, 2001)
Nunca una verdad tan básica como “lo más grande que te puede pasar es que ames y seas correspondido” se dijo de una manera tan original y con un estilo tan bohemio y visionario.
Christian (Ewan McGregor) expresaba su amor a la cortesana más guapa del cine, Satine (Nicole Kidman) por partida doble. Primero con una canción de Elton John, sin embargo, fue un popurrí de hitazos lo que hizo que Kidman acabase rendida a sus pies.

BLUE VALENTINE (Derek Cianfrance, 2010)
En un momento de la noche, cuando Dean (Ryan Gosling) y Cindy (Michelle Williams) se acaban de conocer, él le pregunta si tiene algún talento. Ella se pone a bailar claqué al son de la canción que canta con su ukelele, una declaración total a capela que cualquiera deseara.
¿Por qué gusta tanto una escena tan banal? Porque la química entre estos dos actores alcanza límites que consiguen traspasar la pantalla, haciendo de esta pequeña cinta un título de culto.
Tan bello y único, que se convirtió en el tráiler del largometraje.

GRANDES ESPERANZAS (Alfonso Cuarón, 1998)
Pip (Ethan Hawke) gritaba a Estella (Gwyneth Paltrow) que por fin había logrado ser alguien en la vida. Y todo por ella.
La novela de Dickens fue adaptada con una estética donde predominaba el color verde –sí, el de la esperanza- en cada detalle. Una poética historia de amor donde ambos actores desprendían sexualidad en una historia de pasión, aspiraciones y cambios del destino.
Pinchad aquí para ver el vídeo.
LOVE ACTUALLY (Richard Curtis, 2003)
Mark (Andrew Lincoln) se declara a Juliet (Keira Knightley) mediante pancartas en la puerta de su casa.
Las comedias románticas están más que trilladas en lo que a expresiones amorosas se refiere, pero este momento, que consiguió enternecer a millones de personas, supuso un antes y un después en declaraciones de amor, tan típicas e iguales hasta al momento en el género. ¡Qué mejor manera además de felicitar las fiestas!
 
CUANDO HARRY ENCONTRÓ A SALLY (Rob Reiner, 1989)
Harry (Billy Crystal) corre a la fiesta de Nochevieja donde está su amiga Sally (Meg Ryan) y comienza el año explicándole las múltiples razones por las que la quiere pasar la vida a su lado.
La actriz, todo un género cinematográfico personificado en ella misma, presentaba más personalidad aquí que en muchas otras cintas suyas posteriores, (este momento es mucho menos empalagoso que la escena de Cuando un hombre ama a una mujer)
LOST IN TRASLATION (Sofia Coppola, 2003)
Una triste despedida la de Bob (Bill Murray) y Charlotte (Scarlett Johansson) en Tokio, pero tan íntima que el espectador no es partícipe de ella; apenas se entiende lo que el actor le susurra a la joven al oído. Con un pequeño beso y una canción perfecta terminaba la película que encumbró a Scarlett Johanson como actriz y reivindicó a Murray como estrella que todavía era, premiado con una nominación al Oscar que debería haber sido suyo.
Todo gracias a Sofia, que demostró con creces que saber dirigir no es solamente cosa de papá Coppola.

Por María Aller
Hazte con todas las Novedades --->

Click para comentar

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Anuncio

Lo mas vistos

10 cosas sobre Voldemort que quizá no sabías

Reportajes

Hazte con todas las Novedades --->