Dreamworks lleva varios años compitiendo con Disney por alcanzar el trono en el género de la animación. Esta película es un paso atrás en su lucha. Seguramente el patinazo no se reflejará en sus arcas, pues en estos momentos la escasez de títulos para niños es evidente y por ello el descalabro será menor, pero la sensación que se queda al ver este filme es que algo falla. Si lo mejor que tiene es la moderna banda sonora con sus pegadizas canciones del momento, alguna de la mismísima Rihanna, y el conocido reparto de actores y actrices que ponen voz a los personajes, entonces es que ¡Houston, tenemos un problema!
La historia narra la amistad que surge entre una niña de color de nombre Tip (que manía tienen últimamente de que ellas copen los papeles protagonistas como en Annie, por ejemplo) y un extraterrestre de la raza Boov que recuerda a los marcianos de Toy Story o a los minions de Gru aunque carentes del encanto de estos. Su lenguaje inventado nos trae a la memoria al insufrible Jar Jar Binks de Star Wars, algo que no ayuda precisamente a la película, como tampoco lo hace lo predecible que resulta todo.
No faltarán los guiños a modernas películas de ciencia-ficción como Independence Day (atención al malo malísimo y al derribo de una de las naves de los Gorg, enemigos declarados de los Boov) o a no tan modernas. como Regreso al futuro. ¡Nos presentan a un nuevo DeLorean!
Todo se pone al servicio de una cuidada animación pero se abandona el guion quedando este en un segundo plano. Únicamente resaltar algunas pinceladas como la manera que tienen los alienígenas, entre ellos nuestro protagonista Oh, de manifestar su estado de ánimo a través de los colores que muestra su cuerpo. Nos adelantan algo que veremos este verano en su competidor Disney/Pixar con Inside Out.
En definitiva, una sosa road movie en donde una moderna Marco busca desesperadamente a su madre, esta vez no en Argentina sino en Australia pasando antes por medio mundo mientras conduce un extraño automóvil tuneado. ¡Me sobra la clase práctica de geografía! Para acompañarlos en su aventura tienen a una pequeña mascota con forma de gato doméstico que pone las notas graciosas al film pero que no llega a divertirnos.
Los niños a los que va destinado esta película lo pasarán bien, sus padres no tanto.
Lo mejor: la cuidada animación de la que hace gala Dreamworks y que le acerca a Disney.
Lo peor: el público potencial menor de diez años al que va dirigido. El resto se aburrirán.
Por Pablo Parrila.
