El cine según Hitchcock es un libro del que no me considero autor, sino tan solo iniciador o, mejor aún, provocador.
François Truffaut. Prólogo, El cine según Hitchcock
Es rara la ocasión en la que dos titanes de su arte se juntan para hablar de sus pasiones, de su admiración mutua y de como el trabajo de uno ha podido influir en el otro, sin más pretensión que el reconociemiento del talento ajeno. Hacia mediados de los años 60 François Truffaut citaba sin mucha fe al que muchos consideraban el mejor director de cine de la historia, incluso en su tiempo, a pesar del desprecio con el que Academias y jurados solían tratar sus películas. De este interés fanático por el arte del padre profesional nacieron 50 horas de conversaciones que, después, el genial francés plasmó en el libro El cine según Hitchcock, una obra de referencia dentro del Séptimo Arte.
El maestro inglés aceptó gustoso la proposición, teniendo en cuenta que Truffaut ya estaba entre los directores más asentados de la Nouvelle vague, y divagaron sobre sus perspectivas, sobre el lenguaje cinematográfico y el trato con los actores, de los que como sabemos, Hitch pensaba que simplemente había que «tratarlos como ganado».
Hitchcock/Truffaut el documental llega como homenaje al cine. Un repaso por la páginas más brillantes de ese libro inmortal, apoyado en material de archivo como grabaciones, vídeos y fotografías, así como los pareceres de grandes directores de la escena actual, como Martin Scorsese, David Fincher y Wes Anderson entre otros.
Hay que destacar el analisis al detalle de Vértigo, una película que en el momento de la entrevista aun no contaba con la vitola de obra inmortal con la que ahora la catalogamos, y que gracias al olfato de Truffaut, conocemos los detalles más íntimos de su rodaje, los miedos del director, el paseo alucinado por esa trama onírica, en la que la culpa y la moral se pasean por la hoja de una navaja.
© Cohen Media Group
Este precioso canto a la genialidad y el talento no aburre en ningún momento, ofreciendo en toda su grandeza al caprichoso y soberbio Hitchcock, mostrando el lado artístico, genial y, en la mayoría de las ocasiones, déspota del genial inglés. Un visionado imprescindible en las escuelas de cine, una disertación sobre la pasión por el trabajo bien hecho, con un muy buen acabado, y un pulso de documental clásico que entusiasmará a los admiradores del creador de Psicosis.
Lo mejor: que el gran Hitchcock ejerza de cirujano con su propia obra.
Lo peor: no haber estado allí para verlo.
Por J.M.C.
@Jatovader
