Call Me By Your Name, de James Ivory
A favor: Un guion sutil, inteligente, lleno de silencios que no dejan nada por decir. El autor crea unos protagonistas muy sólidos, se da tiempo para construirlos, los deja crecer para después brindarles algunas secuencias tan potentes que costará quitarlas de la memoria. Alguien como James Ivory podría haber parido un guion más lento, sin embargo, y a pesar de que el ritmo de la película no es ni mucho menos frenético, no pierde el interés en ningún segundo de su largo metraje.
En contra: Precisamente eso: el largo metraje, algo de lo que han pecado este año prácticamente todas las nominadas. En algunos casos se pone excesivamente pedante. Su temática gay puede ayudar, aunque quizá este no sea el año del colectivo en estos premios. Además, cargar con la losa de ser la favorita no siempre juega a tu favor.
The Disaster Artist, de Scott Neustadter e Michael H. Weber
A favor: Cuando tienes un personaje tan potente como Tommy Wiseau como protagonista, es importante darle el margen de no parecer excesivo, incomprensible, o directamente detestable. Franco consigue todo esto, y encima lo interpreta a las mil maravillas. Una comicidad nada estridente, con su punto humano, y la agilidad para no caer en lo obvio han traído este guion y a toda la película hasta aquí. Saber reírse de la industria generalmente reporta beneficios, y encima lo hace en menos de dos horas.
En contra: Como comedia no necesita ahondar mucho en los personajes, pero tampoco hay que pasar de puntillas por ellos como hacen los guionistas con todo el que no sea Wiseau. Pocas películas del género acaban haciéndose con la estatuilla.
Molly’s Game, de Aaron Sorkin
A favor: La estela de alguien tan grande y asentado como Aaron Sorkin. Su electrizante forma de enlazar diálogos, el humor irónico e inteligente, con un poso de acidez que sólo Sorkin sabe reflejar así de bien. Un guion no cronológico que se apoya en la voz en off de Jessica Chastain para que no te pierdas entre speech y speech.
En contra: Hay recursos ya muy trillados, que están mejor escritos y rodados por directores como David Fincher (con el que Sorkin rodó La red social (The Social Network, 2010)), Scorsese o Guy Ritchie. La sensación constante de que el guionista te está tratando como si fueras tonto. Hay aspectos personales de los protagonistas que tan solo se insinúan, y por lo que se pasa de puntillas o se hace de forma muy irregular, dejando cojo su crecimiento. De nuevo una película de más de dos horas, y en este caso con la sensación de que lo mismo, se podría haber contado en menos tiempo.
Logan, de Scott Frank, James Mangold e Michael Green
A favor: James Mangold puede quedarse tranquilo: ha escrito la mejor película rodada sobre los personajes del universo X-Men. Aunque se aleja mucho del cómic que adapta, Mangold supera las expectativas dotando a la trama de acción de una ternura y drama que encaja perfectamente con el personaje que vemos en la pantalla. Además, y aunque parece que obedece a temas más empresariales que creativos, la inclusión del senil profesor Xabier en la trama no hace sino dotar de valor a todo el metraje. Un homenaje completo y perfecto a un personaje icónico de la literatura del cómic. Además la acción se vuelve ultraviolenta, emparentando más con las creaciones de Mark Millar. La favorita del que suscribe, a pesar de lo difícil que tiene ganar.
En contra: De nuevo su excesivo metraje por encima de las dos horas. Ser una película sobre el universo Marvel. Es cierto que el argumento está pillado un poco con alfileres, en ese sentido no ha sido capaz de adaptar la amargura y la culpa del cómic original, forzando evidentemente al final esperado.
Mudbound, de Virgil Williams and Dee Rees
A favor: Como las grandes producciones, toca muchos temas con un mismo argumento, y sale airoso de casi todas. La alternancia de voces en off para dar ritmo a la película están justificadas, y son identificables, lo que hace que aunque, de nuevo, su duración es algo excesiva, la película no pierda interés. Maravillosas escenas de los dos soldados en camaradería, diálogos rápidos, cómicos, y con un trasfondo amargo y vital muy bien resuelto. Dee Rees es la primera mujer afroamericana nominada en esta categoría.
En contra: Muchas situaciones forzadas fuera de la realidad (esa aparición del hijo justo cuando la familia está rezando unida por él…), un idealismo que hace que algunos personajes y situaciones pierdan potencia y credibilidad. Totalmente predecible en la construcción de la trama. Ser la primera nominada de la plataforma Netflix es más un carga que un punto a su favor.