Entre maratones televisivos y prisas feroces por consumir nuevos productos audiovisuales aparece La amiga estupenda (L’amica geniale, 2018), una joya para deleitarse con gusto, tiempo y placer.
Inspirada en el best seller de Elena Ferrante, la serie cuenta la historia de Elena Greco “Lenù” y Rafaella Cerullo “Lila”, dos personajes que desde su niñez aprendieron a ser cómplices entre libros e ilusiones frustradas mientras sobrevivían al ambiente violento de un barrio napolitano durante la posguerra. La historia comienza en el presente, cuando el hijo de Lila llama a Lenú, una mujer de 60 años aproximadamente, para informarle que su madre ha desaparecido. La preocupación ni se asoma; por el contrario, Lenú se enfada ante la noticia, pues sabe que Lila ha decidido marcharse y que los años no han sido suficientes para develar el enigma de su carácter. Como en una especie de catarsis y tributo, decide sentarse al ordenador para escribir y -mientras nos relata- cómo desde el primer momento se sintió atraída por el magnetismo de ese personaje que, sin saberlo, se convertiría no sólo en su compañera sino en una parte fundamental de su vida.
Admiración, celos, cariño… Un carrusel de emociones y sentimientos que desarman por completo al público, que no tiene más remedio que entregarse sin anticipar. Para Lenú, Lila es la protagonista de esta historia. Todo pasa a través de su mirada, de sus razonamientos agudos e ingeniosos, y por supuesto de su férreo carácter que raya casi con el estoicismo cuando de hacer defender lo suyo se trata. Algo nada fácil en una sociedad humilde, donde el género y la clase marcan el rumbo ineludible de lo que cada cual debe ser.
Los personajes van cambiando con el tiempo: a medida que los capítulos avanzan somos cómplices de sus pequeños triunfos y de esas decisiones -propias o ajenas- que van perfilando sus vidas. Es este un viaje compartido que nos remonta a la ilusión y la inocencia de la niñez, sin caer en las cuestiones cursis o aspiracionales del mercadeo americano; todo lo contrario, aquí la violencia latente convive con toques de humanidad pero escasa ternura.
La amiga estupenda es una sincera apuesta por volver a la calma, al ritmo narrativo pausado que abre espacio a la cotidianidad, silencios precisos y detalles que exigen la presencia dispuesta del espectador para ser descubiertos en un viaje por la Italia del siglo pasado. Una serie para disfrutar y dar libertad total a la imaginación como forma de escape y supervivencia.
