La globalización, eso que apasiona a unos y horroriza a otros, extiende sus enormes e inevitables tentáculos y llega hasta nuestro amado y delicado Séptimo Arte. La necesidad de que todos usemos los mismos términos, esos que, generalmente en inglés, describen aspectos de nuestra vida y lo que nos rodea, ha acabado por aplicarse también tanto dentro como fuera del cine. Profesionales del medio y los que hablamos de él, nos hemos rendido a su significado y los utilizamos para nuestras críticas, crónicas y análisis cinematográficos.
A continuación, os dejamos una lista con algunas de las palabras que habréis estado viendo y oyendo desde hace algún tiempo y que, con toda seguridad, os encontraréis más a menudo. ¿A qué se refieren?
SPIN-OFF
El gato de con botas o Saul Goodman tuvieron su propio spin-off (salpicadura en inglés), es decir, ese derivado de otros productos iniciales como fueron Shrek (Andrew Adamson, Vicky Jenson, 2001) o Breaking Bad (Vince Gilligan, 2008). Que un personaje determinado tenga cierto carisma puede ayudar a que, habiendo sido descrito con anterioridad dentro de otro trabajo que no protagoniza, sí sea el personaje principal de su propia historia. Además de los casos citados anteriormente, podemos hablar también de Annabelle, la muñeca que nos aterrorizó a todos en Expediente Warren (James Wan, 2013) y que meses después tuvo su propia película homónima dirigida por John R. Leonetti (gran director de fotografía, pésimo realizador de películas). Este tipo de films o series son conocidas como spin-off.
EASTER EGG
De siempre es conocida la afición de algunos autores por imprimir mensajes ocultos en sus obras; Leonardo Da Vinci, por ejemplo, ya lo hacía. Aunque se propagó aún más con la llegada de los videojuegos donde hay infinidad de ellos, el Cine no ha querido dejar pasar la oportunidad de unirse a la enigmática propuesta. David Fincher lo hizo en El club de la lucha (1999) incluyendo en uno de sus planos el letrero de un cine donde se proyectaba Siete años en el Tibet (Jean-Jacques Annaud, 2007), que protagonizaba también Brad Pitt. También en Toy Story (John Lasseter, 1995), donde podemos ver la moqueta de una casa con el mismo patrón que el famoso suelo del hotel Overlook, localización donde se desarrollaba El resplandor (Stanley Kubrick, 1980), o ese disfraz de Yoda al que el adorable E.T. confundía con uno de los suyos en la mítica película de Steven Spielberg.
REMAKE / REBOOT
En este caso nos encontramos con dos de los términos más utilizados desde hace unos años. La proliferación de nuevas versiones de clásicos o películas de décadas pasadas han llenado los textos de estas dos expresiones. El remake es una versión nueva que respeta el original y que, generalmente, respeta la película que versiona sin tomarse excesivas licencias. En algunas ocasiones, es una copia exacta. Funny Games realizada nuevamente por Michael Haneke en 2007 pero con equipo norteamericano, Poltergeist (Gil Kenan, 2015), Vanilla Sky, (Cameron Crowe, 2001) que buscaba repetir el éxito de Abre los ojos (Alejandro Amenábar, 1997) o, próximamente, Ben-Hur (Timur Bekmambetov, 2016), son ejemplos de remake.
En el caso del reboot estaríamos hablando de un nuevo comienzo que, muy posiblemente, tenga un enfoque diferente al original. Por ejemplo, tras la trilogía de Spiderman dirigida por Sam Raimi, nos encontramos con The Amazing Spiderman, un reboot dirigido por Marc Webb en 2012 que trataba de renovar la franquicia arácnida a base de un casting totalmente renovado y un enfoque más «oscuro» de las andanzas del joven Peter Parker. En resumen: el reboot resulta un trabajo que se asienta en las mismas bases originales pero es totalmente independiente de las versiones anteriores.
BLOCKBUSTER
Al boom cinematográfico del año se llama Blockbuster. Se trata de las producciones que, generalmente en forma de pelotazo económico, llegan a las pantallas con la intención de arrasar en taquilla. En los últimos años, las películas de Marvel o DC (Los Vengadores o Batman vs. Superman), han copado los primeros puestos de estas llamativas listas demostrando su poder de convocatoria a nivel mundial. El espectáculo es lo primero, así que generalmente prima el fuego de artificio frente a la calidad del guión. Dicen algunos que el primer blockbuster de la historia fue Tiburón (1975), aunque en este caso la gran película de Spielberg rebosaba calidad por los cuatro costados.
HYPE
Aunque en la línea del blockbuster, el hype es un término que se utiliza para definir una película muy esperada cuyo seguimiento durante su fase de producción a aumentado la impaciencia de crítica y público. En este caso, el «San Benito» no es excluyente de un buen guión, por lo que podemos tener un trabajo que ha acumulado expectación y que finalmente responda a a lo esperado. También puede pasar lo contrario, precisamente lo peor que le puede pasar a un proyecto así. Las últimas películas de directores de renombre (Spielberg, Scorsese, Anderson…) o films tan polémicos como los de Lars Von Trier, son siempre un acertado sinónimo de hype.
MUST SEE
Traducido de manera literal el término significa «debes ver», por lo que es posible hacerse una idea de dónde se aplicará. Efectivamente, cada vez que aparece un largometraje digno de tener en cuenta (generalmente desconocido para el gran público), se etiqueta con un must see, recordando al personal que merece la pena no perderse la película.
SLASHER
Scream (Wes Craven, 1996) o Sé lo que hicisteis el último verano (Jim Gillespie, 1997) son dos buenos ejemplos de un subgénero del terror que ha proliferado con mejores y peores resultados en los últimos años. El slasher es ese tipo de películas en las cuales un psicópata asesino no deja títere con cabeza, sobre todo entre la población adolescente. Estos sufrirán las más brutales formas de morir y es que «slash» significa cuchillada, una de las desgarradoras maneras de irse al otro barrio que probarán los jóvenes protagonistas de la película en cuestión.
BUDDY MOVIE
Si hay un buen ejemplo de las llamadas buddy movies (o buddy films) ese es la docena de películas que en la década de los 50 protagonizaron juntos Dean Martin y Jerry Lewis. En este tipo de películas la pareja protagonista, que está formada por varones, pasa por todo tipo de situaciones, generalmente cómicas. Ambos miembros suelen ser radicalmente diferentes, lo que provoca un mayor número de momentos chistosos. Sin embargo, la comedia no tienen por qué ser el único género que acoja esta categoría de películas, ejemplos como Fugitivos (Stanley Kramer, 1958), con Tony Curtis y Sidney Poitier o Tiempo de valientes (Damián Szifron, 2005) demuestran que el drama o el suspense también pueden dar cabida a estas curiosas parejas de «amigos».
Por Javier G. Godoy
@blogredrum