Filme más que aceptable este Coherence que llega a nuestras carteleras como una de esas producciones pequeñas, con presupuestos reducidos, pero sobrados de talento y buenas ideas. La ópera prima del director James Ward Byrkit se añade a una lista muy interesante de películas que utilizan la ciencia ficción para exponernos, además, los comportamientos del ser humano en situaciones que escapan a su entendimiento.
Premiada el pasado año en la edición del Festival de Cine de Sitges, Coherence nos presenta los efectos del paso de un cometa sobre la población centrándose en una casa en la que se han reunido ocho amigos para celebrar una cena. La película se desarrolla en gran parte de su metraje dentro del salón de la casa, lo que convierte alguno de sus tramos en claustrofóbicas secuencias donde algunas cosas no son lo que parecen.
Con un guión más o menos sólido aunque con ciertas libertades, el realizador norteamericano juega con el espectador sumergiéndole en un drama con tintes terroríficos que alcanza momentos de gran lucidez narrativa rodados con gran habilidad. El libreto de Alex Manugian y el mismo Byrkit consigue engancharnos con una gran introducción en la que se nos presentan las diferentes relaciones entre los protagonistas, con un desarrollo bastante trabajado y sorprendente en sus giros y con un tramo final algo manipulador. A pesar de todo, existe cierta justificación en esos últimos y demasiado enrevesados veinte minutos que disculpamos por el buen hacer durante el resto de toda la cinta.
Coherence es un thriller psicológico bastante recomendable que tiene en su ocurrente guión y en el trabajo de sus actores su mejor baza. A pesar de lo intrincado de algunas partes, es un filme que no cansa, que no se excede en la duración y que posee la importante virtud de conseguir tenernos permanentemente atentos.
Lo mejor: Algunas escenas son espeluznantes.
Lo peor: Riza el rizo descaradamente.
Por Javier Gómez