The power of loveno es solo una de las canciones más recordadas y edulcoradas de la década de los 80. También es el nombre con el que se bautizó a la primera película en 3-D de la que se tiene constancia. En 1922 en Los Ángeles, ya con las gafas bicolores, se estrenaba este olvidado filme que, por cierto, fue un fracaso en taquilla.
Casi 100 años después, podemos decir que vivimos la edad de oro de la tridimensionalidad en el cine. Estrenos, remasterizaciones, experimentos y alguna que otra obra maestra en un sistema de visionado que cada vez tiene más adeptos, y que ha dado el salto al consumo doméstico. He aquí cinco motivos por los que hay que respetar esta polémica tecnología.
James Cameron. Con una de las fortunas más asentadas de la meca del cine, realizador de «Terminator», «Aliens» y del mito de acción «Mentiras arriesgadas», invirtió todo lo que ganó con «Titanic» en desarrollar, promocionar y rodar en 3-D. Ilusionado como un niño, y megalómano como un dictador, parió «Avatar», primera película rodada en 3D que optó al Oscar a la mejor película, y que abrió el debate de si este nuevo sistema tendría cabida en nuestra rutina, o pagar 3 euros más en el cine no merecía la pena. Si tomamos la recaudación como sinónimo de éxito, «Avatar» fu el primer GRAN éxito del 3D.
Pronto los nuevos ricos de Hollywood se volcaron en llevar la ilusión de entrar en la pantalla del cine introduciendo la tercera dimensión en las películas de animación. Si Polar Express se la jugaba dando la cara por primera vez en 2004, sacando el 3D de los cines IMAX y llevándolos a las grandes salas, la cima llega con Toy Story 3 y, sobre todo, con UP, una de las mejores películas de los últimos 10 años.
Poco a poco el 3D se quita el estigma de “con el 3D las pelis se ven peor”, o “¿para qué gastarme más, si la peli es la misma?”, y comienza a calar en otras producciones alejadas de los grandes presupuestos y de la ficción. Películas como «Metallica: through the never«, U2 3D o «Bunbury 3D«. Recreaciones bélicas, clásicos olvidados (Los crímenes del museo de cera)…ahora todos pasan por el tamiz del 3D, con mayor o menor éxito, pero con un nivel técnico que ofrece cada vez más garantías de disfrutar del espacio.
Y al espacio llegamos. La primera generación del 3D comercial ha tocado techo precisamente en este 2014. «Gravity» se ha afianzado como una de las películas más taquilleras, con buenas referencias entre los críticos, dejando un más que buen sabor de boca en los espectadores, y arrasando en los certámenes a los que se ha presentado, más allá de los premios técnicos. Alfonso Cuaron ha puesto su experiencia al servicio de la tecnología, y le ha sacado todo el jugo a esta forma de rodar, sin prescindir, claro, de sus famosos planos secuencia.
El futuro. Para muchos el 3D comienza su declive. Muchos creen que en los próximos años dejará paso a la realidad aumentada. Mientras, empresas como Sony, ó Phillips siguen haciendo caja con la ventana de teles con 3D incorporado (sí, todos pensamos en el juego que dará para ver porno) , otras como LG o Samsung empiezan a sacar estos modelos de sus catálogos, dando paso al 4K, o Ultra HD. Sin embargo, el estreno esta semana en cines de la esperadísima Godzilla (rodada en 3D) y la llegada de Avatar 2 y 3 (quizá, en un futuro) hacen pensar que al 3D, si bien no ha explotado como hizo el Cinemascope, tiene cuerda para rato.
Por J.M.C.