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Críticas

Cautivos: el largo invierno del pajaro en su jaula dorada.

El secuestro de la pequeña Cass (Alexia Fast) deja un vacío tan inexplicable como irreal en la vida de Matthew (Ryan Reynolds) y Tina (Mireile Einos). Ocho años mas tarde, las investigaciones llevadas a cabo por la Detective Dunlop (Rosario Dawson) consiguen encontrar evidencias de que Cass sigue viva. Esta revelación motivará a Matthew para emprender él mismo la búsqueda de su hija. A pesar de todo Cass, ya no es la misma persona, y ella misma, se ha resignado a obedecer a su captor, un hombre llamado Mika (Kevin Durand).

Atom Egoyan, cineasta canadiense que ha librado filmes tan sugerentes como Ararat (2002) o tan impactantes como Condenados (2006), libra una cinta estéril, fría como la nieve que desnuda el paisaje de profundidad y matices. No es la desolación glaciar de la película, como en Fargo de los Coen, sino parece mas bien un retablo pesebril (niño, padres, buey y mula, vamos) sin razón de ser.

Hay pocos destellos, pero los hay. Hablo de Kevin Durand (X-Men: Orígenes, Noé) en su papel de pederasta, abductor y fetichista, aunque resulte solo un papel que sugiere, porque el libreto de Egoyan, parte de una buena idea y termina en madera mojada. A veces parece un cómic de Daniel Clowes pero sin el nervio o el humor surrealista. En gran parte de sus largas dos horas de metraje, no hay un posicionamiento claro de su director. Todo fluye sin altibajos, a pesar de la ferocidad de lo narrado (pederastia, secuestros de menores, etc) el director parece incomodo con el material o sencillamente no tiene interés por su propia história (Egoyan firma el guión) lo que parece a ratos un trabajo meramente alimenticio, un encargo o un asunto menor.

© E1 Entertainment / Ego Film Arts / The Film Farm

© E1 Entertainment / Ego Film Arts / The Film Farm

El apartado formal de la cinta es correcto, apoyado en gran parte en un paisaje nevado como un lienzo. La composición de la escena, los elementos estáticos, tales como espejos y cámaras de vídeo-vigilancia (en realidad, los elementos estáticos mas importantes de la película) aportan los pocos destellos de ingenio que el reparto es incapaz de llenar satisfactoriamente.

Lo mejor: Kevin Durand consigue llevar a cuestas gran parte de lo salvable de este naufragio. También se puede salvar de la horca a un Ryan Gosling entregado y a Rosario Dawson.

Lo peor: Dirigida sin pulso, interpretada sin ganas y con un argumento desaprovechado. Lástima, espero que Egoyan medite su próximo movimiento. Va perdiendo la partida.

Por Gerard Gomila.
@milopensa

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