¿Por qué somos del Atleti?, se preguntaban en una de las campañas más famosas que la agencia de publicidad Sr. Rushmore hizo para el club rojiblanco.
El barrio de Pirámides, una zona relativamente céntrica de Madrid, tenía dos monumentos con los que recordar al resto de la capital dónde se manejaba el cotarro en Arganzuela: la fábrica de Mahou y el estadio Vicente Calderón. Ambos lugares, de apariencia poco amigable pero ladrillo carismático, ya no están. Por un lado, la factoría cervecera, que pasó a mejor vida en 2011 dejando atrás un legado de trabajo y visitas turísticas. No era Eurodisney pero tenía su aquel. Por otro, el Calderón, el mítico estadio del Atlético de Madrid en torno al que se reunían miles de personas los días que jugaba el equipo y algún que otro concierto multitudinario. Michael Jackson, los Rolling o U2 lo dieron todo en unas instalaciones que aguantaban carros y carretas para dar cabida a su música y a los triunfos del mejor Atleti.
Como todo edificio en ruinas, porque el coliseo es de viga cabezota y aún aguanta el esqueleto en pie, el Calderón dejará atrás momentos de los que será difícil despegarse. Mientras las excavadoras le lanzan las últimas dentelladas a su estoica estructura, conviene recordar el trabajo de Sergio Vargas, el periodista que decidió no esperar para meterle mano al asunto de un traslado que tiene más que ver con lo emocional que con lo deportivo. Armado con cámaras y ganas de contar lo que los atléticos iban a dejar atrás al perder el feudo, Vargas apela a los aficionados, a periodistas como Julio Maldonado o Antoni Daimiel y a exjugadores como Milinko Pantic o José Eulogio Gárate para repasar en Memorias del Calderón: Crónica de una despedida (2017) las reflexiones de los protagonistas y los éxitos del club del Manzanares.
Media hora basta para tocarle la patata al espectador, sea atlético o no, gracias a un montaje ágil que combina bustos parlantes, imágenes de archivo y recursos de los últimos partidos en el estadio. Las palabras y las imágenes se mezclan para hacer entender lo difícil de una despedida inevitable. Memorias del Calderón es la historia de un adiós que, sin embargo, recuerda la grandeza de un club obligado a perseguir las gestas en su flamante Wanda Metropolitano a la vez que, sutilmente, parece querer responder a eso de ¿Por qué somos del Atleti?.