Teniendo en cuenta que el maestro tiene casi una treintena de películas y un montón de Oscar, Globos de Oro, BAFTA y demás, señalar sólo cinco razones para adorar su trabajo me parece una tarea complicadísima. Nos ha hecho soñar, llorar, estremecernos, reflexionar, sonreír, enamorarnos y sobre todo reír a carcajadas. Trabajó con las más grandes estrellas de Hollywood: Audrey Hepburn, Marlene Dietricht, Marilyn Monroe, Shirley McLaine, Jack Lemmon, Tony Curtis, Charles Laughton, Barbara Stanwyck,Tyrone Power, William Holden y hasta Humphrey Bogart. Creó escuela, lanzó a grandes actores al estrellato absoluto, contribuyó a hacer del cine negro el género enorme que ha sido, y seguramente no ha nacido otro cineasta más polifacético y de mayor talento, tanto para el guión como para ponerse detrás de las cámaras. Ahora que ya os he enganchado, tengo que confesar algo por si no lo habíais notado: amo a Billy Wilder por encima de todas las cosas, incluso por encima de Hitchcock, que ya es decir.
Aquellos que consideráis que el cine clásico es cursi, que sus actores están sobreactuados, que hablan raro, incluso que resulta aburrido (y me cuesta escribir esto sin que algo dentro de mí se muera) deberíais darle una oportunidad al menos a alguna de estas cinco grandísimas películas, que sino son las mejores de Wilder, estarán entre el top 10, pero que son las favoritas de alguien que sólo disfruta del cine cuando hay grandes historias detrás.
1- Sunset Boulevard (El crepúsculo de los dioses) (1950)
Desde que la vi por primera vez en la facultad hace unos 200 años es posible que la haya visto unas doce veces. Un drama con pinceladas de cine negro, una película totalmente innovadora en su época cuyo preestreno escandalizó al público obligando a Wilder a cambiar la primera escena. Y no, no había pechos, ni lenguas, ni chicas corriendo desnudas. Se trataba de una conversación normal entre cadáveres que hablan de sus cosas en la morgue. William Holden y la grandísima Gloria Swanson son sus protagonistas. Narra el drama por el que pasa una estrella del cine mudo venida a menos. Se llevó tres estatuillas. Se las merecía todas.
2-Perdición (1944)
Cine negro del que es capaz de asentar las bases de todo un género. Y es que así fue. En 1944 Wilder y el conocidísimo escritor de novela negra Raymond Chandler (creador del detective Philip Marlowe), adaptaron una novela de James M. Cain que interpretaron Fred McMurray y Barbara Stanwyck. Un corredor de seguros y una joven y atractiva esposa cansada de su marido. Hasta ahí puedo leer. El resto del cine negro bebe de esta peli.
3-El Apartamento (1960)
Quizás la película más conocida de Wilder junto a «Con faldas y a lo loco«. Cinco Oscar para una comedia tierna, con frases, momentos y escenas tan inolvidables como sus actores protagonistas Jack Lemmon(actor estrella de Wilder) y Shirley McLaine. Una historia de amor entre un corredor de seguros y una ascensorista. Wilder estaba en estos momentos en la cúspide de su carrera. Todo lo que tocaba lo convertía en oro.
4-Testigo de cargo (1957)
En este caso adapta una obra de Agatha Christie y coloca ante las cámaras a tres genios de la interpretación: Charles Laughton, Tyrone Power y Marlene Dietricht. Un drama judicial narrado con maestría y con giro inesperado de colofón. Una obra maestra de la que no os podéis perder ni un minuto.
5-El gran carnaval (1951)
Wilder deja las risas a un lado para hincarle el diente al mundo del periodismo, un mundo que conoce a la perfección y sobre el que tiene varias cosas que contar…. El tono irónico y cínico que caracteriza toda la obra de Wilder brilla en esta ocasión a través de los personajes a los que dan vida Kirk Douglas, Jan Sterling y Robert Arthur.
Hay muchas otras películas de Wilder que podrían servir para introducirnos en el cine clásico, películas sencillas, amables, divertidas como «La tentación vive arriba«, «Con faldas y a lo loco«, «En bandeja de plata«, «Sabrina» o «Irma la dulce«. También hay dramas duros como «Días sin huella«, la película que más aplaudió la crítica, o la grandísima «Traidor en el infierno«, una de las pelis que más enorgullecían al director. Las razones para descubrir a Wilder y adentrarse de su mano en el cine clásico son más de cinco y más de cincuenta también. Pero si después de ver estos títulos seguís prefiriendo el cine actual no os preocupéis, «nadie es perfecto« y sino que se lo pregunten a Lemmon.
Por Lore Pérez
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