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5 Motivos para admirar a Jean-Pierre Jeunet

No tendrá una filmografía tan vasta como otros, pero posee una personalidad que ya quisieran muchos. Hace unas semanas llegó El extraordinario viaje de T.S. Spivet, el último proyecto del francés Jean-Pierre Jeunet.
 
El realizador es valiente, no sólo se queda en tierra con criaturas adorables como T. S. Spivet, también dirige a la Teniente Ripley, toca diferentes épocas, espacios imaginarios o reales, y siempre tan meticuloso.

 

Jeunet tiene un sello de denominación de origen muy reconocible: un actor fetiche, Dominique Pinon, el habitual uso del objetivo ojo de pez, la rememoración onírica en pantalla junto al personaje en cuestión que sueña, personajes expresionistas… todo para crear un universo propio que posee alcurnia suficiente para mirarse de tú a tú con Tim Burton, Wes Anderson o Almodóvar. ¿Qué le hace tan exclusivo a Jeunet?

El cuenta cuentos

T.S. Spivet es una obra de Reif Larsen, al igual que Largo domingo de noviazgo está basado en una novela homónima. Da igual que sean historias suyas o de otros, a él le gusta insertar al espectador en un cosmos de fantasía y casi sensorial. De eso se trata cuando nos cuentan un cuento ¿O no?

  
El detallista
Bajo su manto de luces naranjas, verdes y amarillos, el cineasta decora cada espacio con absoluta rigurosidad. Desde una habitación, un álbum de fotos, un repertorio de orgasmos, unas trincheras de la Primera Guerra Mundial o un tren que recorre Estados Unidos. Y es que otra de sus peculiaridades: dirección artística de diez.

El innovador
Su forma de usar la cámara, su percepción del mundo, sus conversaciones… Sin duda el director sabe dar rienda suelta a su inventiva como ninguno. Unos pocos lo descubrieron en Delicatessen, el resto del mundo con Amélie. Y con ella, este gabacho nos enseñó una nueva percepción de la vida y él se convirtió en un director de culto. Con imaginación se llega lejos, pero si se aplican grandes dosis de ésta, que es el caso de Jean-Pierre, se recorren más kilómetros. Su tratamiento de la fotografía es ante todo admirable.
El creador de personajes
La Julie de Delicatessen, la pizpireta Audrey Tautou o el genio incomprendido T.S. Rocambolescos, singulares y sobre todo maniáticos, siempre entrañables y llenos de esperanza. Y capaces de meterse en el bolsillo al público mundial, como Amélie Poulain (son tan fuertes esas identidades que a Tautou se la cuesta diferenciar de su avatar de Montmartre). No sólo los protagonistas, también los secundarios, porque Jeunet no se olvida de ellos, y les dibuja con un halo fascinante.
El amante del Séptimo Arte
Él hace películas por el placer de hacerlo (palabras literales del propio Jean Pierre en la 61 Edición de San Sebastián): no puede haber una declaración de amor mayor al séptimo arte. Porque como buen artista que se precie, él expone una proyección colorista del mundo, gracias a su faceta virtuosa de interpretar el cine como arte puro.

Por María Aller
@Llesterday_Mary

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