Yalitza Aparicio por Roma
A favor: La película de Alfonso Cuarón ha hipnotizado a la crítica y parte del público que, primero en salas y después en Netflix, se dejó llevar por los movimientos de la cámara del director mexicano. Para convertir al film en un brillante relato social y humano, la importancia de Yalitza Aparicio es sencillamente vital. Su trabajo, discreto y contenido, la ha situado, por méritos propios, entre las elegidas por la Academia estadounidense. Su labor en la película es, posiblemente, la interpretación más honesta de la temporada y eso siempre merecería un reconocimiento.
En contra: Los votantes de la Academia suelen dar poco lugar a la sorpresa, por lo que Aparicio, que tiene en Olivia Colman y Glenn Close dos escollos importantes, no parece estar muy bien situada en la carrera por el Oscar. Quizá, su trabajo impresionante pero contenido, se rebela como una interpretación, digámoslo así, de «perfil bajo», cosa que puede ser menos seductora para los que tomarán la decisión final.
Glenn Close por La buena esposa
A favor: La carrera de la actriz de Conneticut es imponente, por lo que, casi por defecto, ya tiene bastantes posibilidades de llevarse el premio a casa. Además, su trabajo en La buena esposa es, con mucha diferencia, lo mejor de una película con graves defectos. Por último y no menos importante: no tiene, aún, ningún Oscar.
En contra: El problema es, principalmente, haber protagonizado una de las películas con menos argumentos para defender. El film es un relato irregular que contiene diálogos y escenas bastante discutibles, por lo que Close podría verse perjudicada por la escasa calidad del guion.
Olivia Colman por La favorita
A favor: Para muchos es la gran favorita (valga la redundancia) de la noche. El trabajo de Colman es tierno e histriónico, ingenuo e insoportable, justo lo que exigía un papel exigente con la valiente que se decidiese a interpretarlo. Olivia Colman no solo lo hace a las mil maravillas, sino que se recrea en la montaña rusa que debe haber sido convertirse en Anna, la reina de Inglaterra a principios del siglo XVIII.
En contra: Por un lado, la poderosa presencia de Glenn Close. Por otro, lo alejado de la narrativa de la película de Yorgos Lanthimos de las formas, tantas veces convencionales del cine de Hollywood, podría alejar del premio a Colman, que pagaría una supuesta decisión de premiar lo menos disruptivo en detrimento del papel más incómodo y áspero de todas las nominadas.
Lady Gaga por Ha nacido una estrella
A favor: Su faceta mediática, su legión de fans (seguro que también entre los votantes) y su película, un relato plagado de clichés pero con el encanto del romance hipermusicalizado. Además, y aunque la interpretación es, objetivamente, muy normal, sus miradas y algún gesto voluntarioso, le dan alguna que otra opción de cara a conmover a una Academia siempre entregada a los sentimentalismos cinematográficos.
En contra: Es, posiblemente, el trabajo más flojo de entre todas las nominadas. Ser Lady Gaga no le dará el premio por defecto y, aunque su trabajo tiene buenas intenciones, no ha resultado muy diferente del de otras muchas actrices sin reconocimiento. No lo tiene nada fácil frente a dos vacas sagradas como Close o Colman que prácticamente convierten sus posibilidades en un buen sueño del que despertará cuando no suene su icónico nombre.
Melissa McCarthy por ¿Podrás perdonarme algún día?
A favor: McCarthy, que nos tiene acostumbrados a protagonizar alocadas comedias de calidad discutible, da aquí un paso alternativo para llevar sobre sus hombros la historia real de Lee Israel, biógrafa en horas bajas y posterior falsificadora por necesidad. La actriz hace méritos para estar entre las elegidas y pone sus credenciales sobre la mesa para avisar de que ha llegado para quedarse. Una vez más se cumple esa máxima de que quien es bueno en comedia lo es mejor en drama.
En contra: La nominación ya es un reconocimiento al trabajo bien hecho pero, como en el caso de Gaga y posiblemente Aparicio, Melissa McCarthy tendrá que contentarse con eso. Sería una sorpresa mayúscula que se llevase el Oscar, cosa que destrozaría todas las quinielas. Por otro lado, su película ha funcionado, pero los elogios se han quedado lejos de los recibidos por La favorita o Roma. En este sentido comparte el estigma con Glenn Close y La buena esposa.