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2017: Las 10 series de la redacción

The Deuce (David Simon, George Pelecanos)

David Simon -junto a George Pelecanos– deja el Baltimore de The Wire (2002), la Nueva Orleans de Treme (2010) o el Yonkers de Show Me a Hero (2015), para adentrarse en los tejemanejes de la calle 42 de Nueva York, conocida entre sus habitantes como «The Deuce«. Como era de esperar, Simon y Pelecanos desmenuzan con virtuoso realismo la «industralización» del cine porno norteamericano a través de las vivencias diarias de prostitutas, chulos, periodistas, policías o, simplemente, buscavidas sin la mayor ambición que la de sobrevivir en una ciudad con pequeños universos en cada esquina. James Franco -por partida doble- encabeza un reparto con algunos nombres importantes que, paradójicamente, tiene su punto fuerte en los que resultan más anónimos. Todo un acierto con un diseño de producción impecable.

El cuento de la criada (The Handmaid´s Tale, Bruce Miller)

La adaptación de la novela de Margaret Atwood, fiel reflejo de lo que el miedo y el fundamentalismo religioso pueden llegar a provocar, deslumbra por su cercanía y, por lo tanto, produce terror. En la realidad distópica –palabra muy utilizada últimamente- que nos propone, la gran sufridora es la mujer; ellas experimentarán todo lo horrible que se pueda imaginar ante el hecho de ser anuladas como personas y utilizadas como incubadoras humanas. Magnífico alegato para subrayar la terrible realidad del maltrato con una Elisabeth Moss inconmensurable.

Feud: Bette and Joan (Ryan Murphy)

Feud significa enemistad, y de ello habla la serie de Ryan Murphy, autor de una de las mejores miniseries del año pasado: The People v O.J Simpson. Éste, reproduce el desencuentro a lo largo de muchos años entre Joan Crawford (Jessica Lange) y Bette Davis (Susan Sarandon), centrándose en el tiempo del rodaje de ¿Qué fue de Baby Jane? (What Ever Happened to Baby Jane?, 1962). Pero, ojo, un conflicto orquestado y manejado por los hombres y claro ejemplo de cómo el acoso y abuso sexual han sido moneda de cambio en Hollywood desde tiempos inmemoriales. Con un estilo marca de la casa, asistimos a una contienda que, por momentos, provoca carcajadas pero en un segundo congela la sonrisa. En Feud se asiste al duelo interpretativo del año, lo de Sarandon y Lange es toda una clase magistral de interpretación; las mejores actrices del año y merecedoras de todos los reconocimientos posibles.

Rick y Morty – 3ª temporada (Rick and Morty, Justin Roiland, Dan Harmon)

En el episodio 3×03 de la serie creada por Justin Roiland y Dan Harmon se consigue compaginar el hecho de que su personaje principal se convierta en un pepinillo con hablar de la necesidad de la terapia psicológica para algunas personas con una sensibilidad y profundidad apabullantes. Esta tercera temporada asienta las bases que se han estado planteando durante toda la serie, forzando las tramas hasta el extremo pero siendo más conscientes de su discurso que nunca.

Mindhunter (Joe Penhall)

Sin duda, una de las mejores drogas que podamos disfrutar en el catálogo de Netflix. No tardamos en subir las expectativas cuando supimos que David Fincher estaba detrás de una de sus propuestas, pero poco esperaban encontrar un relato de tal envergadura; thriller puro sin cortar, dispuesto a jugar con nuestras mentes desde un diálogo desafiante, respetando continuamente tanto el interés del espectador como su astucia.

Big Little Lies (David E. Kelley)

Esta adaptación del best-seller homónimo, creada por Kelley, dirigida por el siempre interesante Jean-Marc Vallée y con un elenco de actrices excepcionales como Reese Witherspoon, Nicole Kidman o Shailene Woodley, ha cautivado a crítica y público por igual. A través siempre de un punto de vista femenino, la serie toca temas tan complejos como la violencia de género, el abuso o el machismo, a través de una mezcla de sutileza y humor negro que hacen de ella una serie necesaria en los convulsos tiempos que corren por Hollywood.

The Leftovers – 3ª temporada (Damon Lindelof, Tom Perrotta)

Sin duda alguna esta ha sido una de las series más emotivas, impactantes y desgarradoras de la última década. Su creador y showrunner, Damon Lindelof, pone punto final con una tercera temporada tan arriesgada como sorprendente, quizá no tanto como la segunda, pero que cierra de manera perfecta el conjunto de un trabajo en el que se nota y se agradece la libertad creativa que HBO ha dado al guionista.

Twin Peaks: The Return (David Lynch)

Como si el cine no le hubiese permitido ya a David Lynch desplegar todo su arsenal creativo, el director norteamericano declaraba su amor a la televisión a la vez que aprovechaba una nueva oportunidad de saciar su sed artística con la tercera temporada de una de las series más influyentes de la historia del tubo catódico. Esta vez, el sello del responsable de Carretera perdida (Lost Highway, 1997), Cabeza borradora (Eraserhead, 1977) o Mullholand Drive (2001), iba a quedar aún más patente en este esperadísimo regreso, pues lo del «nada es lo que parece» se ha llevado a un extremo. En lugar de freírnos el cerebro con algunos sinsentidos, la propuesta de Lynch logra el más difícil todavía: que recemos para que haya una cuarta entrega.

Master of None – 2ª temporada (Aziz Ansari, Alan Yang)

Que la segunda temporada de la serie de Aziz Ansari esté plagada de referencias a películas donde el factor de la autoría y el papel de la forma es fundamental, no es en absoluto una casualidad. El final del episodio cinco, en el que observamos la agónica vuelta a casa del protagonista en Uber durante más de tres minutos, nos remite a ese tiempo que le dio Truffaut a su Antoine Doinel en Los cuatrocientos golpes (Les quatre cents coups, 1959). La segunda temporada de Master of none es la muestra clara de que la autoría ha llegado a las series para quedarse.

Glow (Liz Flahive, Carly Mensch)

La lucha no es cosa de hombres, o no sólo. Son los años 80 y la purpurina, los cardados con laca, la licra y el cuero de colores metalizados se imponen como elementos del “girl power” con los que subir al ring, una especie de representación donde los golpes no son simulados. A medio camino entre el melodrama y la comedia de situación, Glow acierta en su progresivo desarrollo y cambio de tono para convertirse en una reivindicación metafórica acerca de la lucha femenina como motor de cambio y no como entretenimiento.

 

(Lista elaborada por Javier G. Godoy, Cristina Aparicio, Carlos Durango, Javier Gadea, Daniel Belenguer y David Areces)
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