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Críticas

12 Años de Esclavitud: Luces y sombras en la favorita del año

Nadie dudaba de que Steve McQueen, iba a lograr realizar un filme de calidad. La fuerza de un guión basado en hechos reales y la capacidad y el talento del director británico para contar historias de gran intensidad, aseguraban una película como la que hemos podido ver.

«12 Años de Esclavitud» cuenta la historia de  Solomon Northup, un culto hombre negro que es secuestrado y obligado a ser esclavo. A partir de aquí, seremos testigos de su lucha por sobrevivir motivado por el deseo de volver a ver a su familia y de recuperar su condición de hombre libre.

Se acerca la entrega de los Oscar y, por tanto, las diferentes asociaciones de críticos estadounidenses ya están dando sus premios. «12 Años de Esclavitud» está arrasando. Cintas como «Her» de Spike Jonze, «La Gran Estafa Americana» o «A propósito de Llewyn Davis«, de los hermanos Coen, compiten dignamente, sin embargo el filme de Steve McQueen consigue llevarse el gato al agua en la mayoría de las ocasiones. Pues bien, la clave es intentar dilucidar el porqué de este éxito y si es justo o no. Vamos allá.

La esclavitud es un tema que, a pesar de parecer cosa del pasado, nos recuerda a todos lo que el hombre ha llegado a hacer con el propio hombre. Considerar alguien un ser inferior no es cosa de los nazis y su filosofía supremacista, desde tiempos muy antiguos, unas razas se han impuesto a otras con el simple argumento de la superioridad racial y, generalmente, mediante el uso de la violencia indiscriminada. Pues bien, la época anterior a la aparición de la decimotercera enmienda que, bendito Abraham Lincoln, consiguió instaurar no sin grandes esfuerzos en los Estados Unidos, es uno de los períodos más oscuros y siniestros de la historia del país norteamericano y del mundo, así que era de esperar que una película que relatase los hechos de la forma en la que lo hace «12 Años de Esclavitud«, calara en la crítica y en el público.

El filme de Steve McQueen es muy interesante por varias razones: es aterrador y violento, es duro y dramático, es histriónico en algunos momentos y, sin embargo, no emociona gratuitamente. Quiero decir con esto que el director no intenta crear un drama fácil a pesar de que ciertas secuencias pueden resultar sobreactuadas (un buen Paul Dano peca de ello, precisamente). Existe cierta distancia de McQueen a la hora de rodar y ese detalle puede haber ayudado a construir un relato con más épica que personalidad, por lo que el producto final es más oscarizable

¿Es esta una buena noticia? Sí y no. Los que habéis visto la corta filmografía de Steve McQueen recordaréis la cruda e impresionante «Hunger«, o aquella historia rodada de manera implacable que fue «Shame«, un prodigio de película que te hacía salir del cine con todo el metraje grabado a fuego en la mente. Pues bien, «12 Años de Esclavitud» puede que no os deje esa impresión. Es una película fantástica, por supuesto, pero puede resultar la obra menos personal del director británico, no porque no existan en ellas muchas de sus señas de identidad, sino por tratarse de un filme con un claro destino triunfal quizá moldeado por más manos aparte de las del realizador, una especie de coitus interruptus cinematográfico que hace ver a algunos que estamos ante la mejor película del año y a otros un producto tan bien definido como enfocado a ganar la estatuilla dorada.

El objetivo es loable, todos querríamos levantar algún día un Oscar y leer un discurso memorable, pero la Industria hollywoodiense tiene ciertas normas que impone con frialdad y el hecho de querer estar ahí condiciona, sin duda ninguna, muchos de los detalles que diferencian unas películas de otras. McQueen intenta huir de lo convencional y del efectismo, pero su necesidad de contarnos esta apasionante historia con una estructura más «comercial», le alejan en parte de una visión más subjetiva e individual. Os recomiendo encarecidamente ver el resto de su filmografía, quizá así entendáis mejor lo que os comento.

Pero «12 Años de Esclavitud» tiene, a pesar de todo, muchísimas virtudes. Aspectos que dotan al filme de una grandeza envidiable. McQueen es un director impresionante, y eso lo vamos a seguir comprobando a medida que avance su carrera, su talento es descomunal y esta historia no le ha quedado grande, es más, quizá ningún director lo hubiese hecho mejor.

El casting de la película es otro de los grandes aciertos. Chiwetel Ejiofor hace un gran trabajo como protagonista absoluto: transmite y emociona, no sobreactua ni exagera a pesar de poder haber pecado de ello, dado su papel. Hay varias apariciones fugaces, como las de Paul Giamatti, genial, o Paul Dano y Bennedict Cumberbatch, que cumplen con oficio.

Querría hacer un inciso en dos de los personajes más importantes del filme: El malvado Edwin Epps y la esclava Patsi. Ambos están interpretados por Michael Fassbender y Lupita Nyong´o, respectivamente y son, con permiso de Chiwetel Ejiofor, lo mejor de la película en lo que a interpretaciones se refiere. El actor irlandés es una fuerza de la naturaleza que lleva varios años demostrando ser un superdotado. Muso de McQueen, parece darlo todo en las películas de este. En «12 Años de Esclavitud» es, a mi parecer, el mejor de todos. Su capacidad para transmitir la crueldad de su personaje, su expresividad inagotable y una intensidad interpretativa única, lo convierten justificadamente en uno de los actores más cotizados del momento, su talento parece no tener límites. Por otro lado está Lupita Nyong´o, una actriz desconocida que irrumpe en el panorama internacional de la mejor manera posible. Su interpretación de Patsi es absolutamente desgarradora, convirtiendo algunas de sus apariciones en las secuencias más conmovedoras de la película. Una artista a tener en cuenta.

Tampoco quiero olvidar otras excelencias del filme. Hans Zimmer, una vez más, demuestra por qué es uno de los mejores compositores de bandas sonoras de la historia. Un artista con un registro inagotable que inventa una nueva partitura, en este caso más minimalista que en otras producciones en las que interviene, para regalarnos otra de sus creaciones superlativas en la línea inapelable de trabajos como «La Delgada Línea Roja« u «Orígen«.
Al mando de la fotografía vuelve a estar el colaborador habitual del director británico: Sean Bobbitt. Un fantástico conocedor de la imagen que maneja el primer plano de manera magistral, uno de los recursos más usados de McQueen en sus películas y que aquí alterna con maravillosos planos generales. La foto fija, uno de los fuertes de «12 Años de Esclavitud» es protagonista también y dota la película de los momentos de mayor intensidad narrativa, como ya se hiciese en algunas secuencias de «Hunger» o «Shame«. Fenomenal.
Genial el diseño de producción y de vestuario. Ni un pero a esta dos especialidades que están medidas al detalle. Una ambientación perfecta y un vestuario que también es posible que opte a llevarse más de un premio.

Esto es todo, pros y contras de una producción que eleva el nivel del cine en 2013 pero que, para algunos, puede resultar más abrumadora por su campaña de promoción en la carrera hacia el Oscar que por la verdadera grandeza como filme universal.

Lo mejor: El impresionante trabajo del elenco actoral y un director que sigue subiendo peldaños.
Lo peor: Su necesidad de ser grande que llega a condicionar algunas partes.

Por Javier Gómez

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