El próximo 23 de agosto se cumplen once años de la llegada del huracán Katrina a la costa de la ciudad de Nueva Orleans, que quedó prácticamente arrasada en aquellas partes en las que los diques del lago Pontchratrain fallaron. The crescent city se ahogaba bajo las inundaciones que obligaron a desalojar la totalidad de la ciudad. Ya se sabe, las medidas de seguridad en las grandes ciudades suelen fallar de forma reiterativa en las zonas más deprimidas, por lo que los vecinos de barriadas y arrabales tuvieron que desalojar sus casas. Los que tuvieron menos suerte desaparecieron bajo la furia tonante de la naturaleza.
Treme comienza apenas unas semanas después de que el gobierno anunciara su (chapucero) programa para la recuperación de la ciudad, con dotaciones billonarias (sí sí, con B). El creador de esta nueva joya de la HBO es una de sus vacas sagradas, David Simon, el padre de la mítica The Wire, al que después del creciente éxito de las peripecias de la policía de Baltimore, le dieron carta blanca para rodar lo que se le antojara. Y cuando hablamos de antojos, la música y la comida casi siempre están presentes. Como en Nueva Orleans. Como en Treme.
LA MUSICA
Treme es una serie musical, al igual que West Side Story es una película musical, o El Hombre de la Mancha es teatro musical. Hablar de Nueva Orleans es hablar de funky, the rithm&blues, de Louis Armstrong y Fats Domino. Es Bourbon Street, es un saxo en la calle, es una trompeta en una versión rock, es la percusión, la herencia de África pasada por el tamiz instrumental francés y la tradición y el folclore antillano.
Los habitantes de los barrios saben que la ciudad vuelve a su propia idiosincrasia el día que regresan los desfiles a colorear las calles, que los músicos y vecinos salen a la calle a bailar, a festejar el ritmo, a enterrar a sus muertos al paso de una marcha fúnebre honky tonk, a ahuyentar a los malos espíritus e invocar a los moradores del pasado como portadores de las llamas, como indios irreductibles a los que ni siquiera el huracán va a expulsar de las tierras de sus ancestros.
Antes de comenzar a ver la serie, busquen la música de Kermitt Ruffins (también actor en Treme), la voz rota de John Boutte cantando A change is gonna come, o a los Vipers invitándote a volver a New Orleans entre alientos de melaza y platos de fuerte comida provinciana. Analicen ahora si son capaces de perderse una serie que cuenta con todos estos artistas, todas estas melodías, toda esta alegría mezclada con la mejor ficción.
EL REPARTO
Con apenas dos actores reconocibles por el gran público (quizá tres para los muy cinéfilos), Treme da voz a los verdaderos protagonistas de la tragedia: los orleannianos. Artistas, habitantes de la ciudad anónimos, y con solera: un reparto coral, sin protagonistas, dónde cada carácter forjará su destino sobre las paredes enmohecidas de lo que quedó de los antiguos barrios.
John Goodman y Melissa Leo conforman un matrimonio burgués enamorado de la ciudad de la media luna. Una pareja de luchadores que afrontará de manera muy diferente el devenir de los acontecimientos cuando la burocracia y el pasotismo impune sean las únicas respuestas a sus lógicas demandas. Wendell Pierce como Antoine Baptiste recorre de garito a garito los lugares más ensoñadores de los barrios prohibidos, dando con su trombón las notas de ironía suficiente para endulzar el amargo estado de las cosas. Mientras su ex LaDonna (Khandi Alexander en el papel con un mayor calado dramático, y quizá la interpretación más sobresaliente de todo el elenco) trata de reflotar el Gigi’s, típico bar de obreros en el que se respeta tanto a la dueña, como al bourbon y el buen gusto musical. Clarke Peters volverá a iluminar con el color de sus plumajes de Gran Jefe los desfiles callejeros, mientras trata de reconstruir una ciudad ingrata. DJ Davis y su cómica locura seguirán componiendo la música más reaccionaria, mientras desafía la paciencia de la talentosa cocinera Kim Dickens, quien afronta a base de desaliento la bancarrota del “Desautel’s”…
MARDI GRASS
En Nueva Orleans no hay Carnaval, hay Mardi Grass. Cada una de las 4 temporadas de Treme contiene un episodio que gira en torno a la fiesta más importante de la ciudad, la sublimación de la diversión y la música negra callejera. Episodios en los que todo el reparto coincide, en el que las historias independientes de cada personaje se cruzan entre sí, comparten tragos, confidencias, recorren las violentas calles bailando y dejan para la historia trocitos con algunos de los mejores momentos rodados para la televisión.
Una de las series más redondas realizadas para la televisión. Un crisol en el que, en palabras del propio director “contamos la historia de cómo la cultura urbana americana define nuestra vida”. Una serie sobria, no para todos los gustos, ni para todos los públicos. Un canto de alegría. Un sopapo de realidad, de nuestra baja condición moral en situaciones límite. Un baile constante, una canción pendiente.