Segunda parte de nuestro repaso a las películas del festival -y sus diferentes secciones- que nos han conquistado.
Sin señas particulares (Fernanda Valadez, México, 2020) – Nuevos Directores
Retrato en apariencia sencillo pero muy bello de una mujer, también madre, a la que la cámara sigue con detalle. La película, que se revaloriza a cada paso gracias al trabajo de Claudia Becerril al frente de la fotografía y a la habilidad de Clarice Jensen con la banda sonora es, a fin de cuentas, un relato con varias capas que le permiten abarcar algunos temas en toda su profundidad: desde los anhelos individuales de emigrar, hasta los retazos de confianza y solidaridad que pueden darse en un contexto caracterizado por las amenazas, la violencia extrema y aquello que debió decirse pero no se dijo. Por Javier G. Godoy
The World to Come (Mona Fastvold, EEUU, 2020) – Perlas
Ambientada en el Siglo XIX, The World to Come dinamita desde dentro alguno de los convencionalismos que sustentan el western, un género cinematográfico caracterizado por reflejar ciertas actitudes machistas, y que, afortunadamente, con el paso de los años ha sabido actualizar su discurso. Mona Fastvold compone un delicado relato del amor romántico que surge en un lugar, a priori, imposible (un paisaje hostil que incomunica y congela a sus habitantes) y bajo la infranqueable tradición que censura la libertad de las mujeres. La música de Daniel Blumberg, la complicidad entre sus dos protagonistas (interpretadas por Vanessa Kirby y Katherine Waterston) y el personaje al que encarna Casey Affleck (con una increíble y admirable variabilidad de matices) son los pilares en los que se apoya la cineasta para dar forma a esta historia de amores prohibidos. Por Cristina Aparicio
Antidisturbios (Rodrigo Sorogoyen, España, 2020) – Sección oficial Fuera de concurso
El tándem Rodrigo Sorogoyen/Isabel Peña parece imparable. Director y guionista unen nuevamente sus talentos para, con el incidente protagonizado por un grupo de antidisturbios durante un desahucio como excusa, hablar durante seis capítulos de estructuras putrefactas, jerarquías envenenadas, maltrato, inmigración, violencia que genera violencia… en definitiva, muchos de aquellos temas que permanecen en el candelero. El equipo de (casi) siempre para rodar una serie con el pulso -y el paroxismo- característico de un director decidido a llevar a la ficción audiovisual mucho de lo que preocupa y ocupa a parte de la sociedad. Por Javier G. Godoy
Courtroom 3H (Antonio Méndez Esparza, España, 2020) – Sección Oficial
Con su anterior largometraje, se confirmaba la vocación de documentalista de Antonio Méndez Esparza, un cineasta que por momentos parecía alejarse de la ficción y llevar a cabo un registro de lo real. La realidad se filtraba en un relato cuyos valores más destacados surgían de la improvisación y de acertar el momento preciso en que filmar la vida y nada más. Al igual que en su película de 2017, también las relaciones familiares (más concretamente la maternidad y la paternidad) son el centro de Courtroom 3H, mostradas aquí desde el Tribunal de Familia de Tallahasee (Florida). Esparza registra la labor de abogados, asistentes sociales y jueces durante procesos abiertos contra padres que no han sabido hacerse cargo de sus hijos. A pesar de lo tedioso y complejo que puede suponer el proceso judicial, el relato que configuran los distintos casos así como las decisiones de planificación y montaje permiten construir un testimonio sobre la desprotección de la infancia, un problema de descomunales dimensiones que necesita de una justicia mucho más eficiente y humanista. Por Cristina Aparicio
True Mothers (Asa ga Kuru, Naomi Kawase, Japón, 2020) – Sección Oficial
Que el cine de Naomi Kawase guste más o guste menos acaba por no ser importante ante el hecho de que la directora nipona tiene una voz distintiva; la forma en que su visión se adapta o choca frontalmente con las convenciones cinematográficas podría ser una experiencia gratificante en sí misma. Sin embargo, con True Mothers puede decirse que estamos ante su película más argumental. La gran noticia, paradójicamente, es que Kawase sigue resultando una cineasta fascinante. Al final, y aunque la trama múltiple que se plantea pueda jugar en contra en algunos pasajes, cualquier amago melodramático se ve compensado por esa tenue singularidad que recuerda una y otra vez quién firma el largometraje. Por Javier G. Godoy
The Woman Who Ran (Domangchin yeoja, Hong Sang-soo, Corea del Sur, 2020) – Perlas
En la nueva película de Hong Sang-soo pueden encontrarse todas las virtudes (formales y narrativas) que forman parte de su estilo personal y que le están permitiendo elaborar un alegato por la sencillez como estilo de vida y expresión cinematográfica. The Girl Who Ran transcurre en un breve periodo de tiempo, uno que resulta ser indeterminado (se aprecian los esfuerzos por no concretar con exactitud los días en los que se desarrolla la narración) donde una joven visita la casa de varias amigas. Los encuentros no tienen nada de épico, como tampoco lo tienen los distintos sucesos que esta mujer presencia en cada uno de estos lugares. Porque lo más trivial, lo más rutinario o incluso lo casual e intrascendente es lo que se cuela en el encuadre de un director que sabe capturar la esencia de lo cotidiano y transmitir, a partir de su filmación, toda la belleza que forma parte del mundo. Por Cristina Aparicio
Mención especial: Correspondencia (Carla Simón y Dominga Sotomayor, España, 2020) y Fauna (Nicolás Pereda, México, 2020)