El 18 de julio del año 1986, después de muchos problemas, dudas y un presupuesto final de 18 millones de dólares, se estrenaba la película Aliens: El Regreso (1986) dirigida por James Cameron y que suponía la secuela de la oscarizada película de Ridley Scott: Alien, el octavo pasajero (1979).
No obstante, a pesar de los múltiples problemas, la sorpresa no se hizo esperar y el film de James Cameron supuso una innovación en las películas de Ciencia ficción de la época y una brillante mezcla entre belicismo, suspense y terror, que dejó ya para siempre en entredicho eso de que: «segundas partes nunca fueron buenas». Hoy, en 2016, han pasado 30 años de esta emblemática secuela y queremos hablar de ella.
La película resultó ser un éxito en taquilla (más que su predecesora) y ganó dos estatuillas de las siete nominaciones que obtuvo a los Premios Oscar (mejores efectos especiales y edición de sonido). El director consiguió la continuidad de Ellen Ripley (Sigourney Weaver) a pesar del alto caché que exigía la actriz y de su escaso entusiasmo en colaborar en otra película del universo Alien. Finalmente, la intérprete se vio recompensada con una nominación a Mejor actriz.
INICIOS DE UN JOVEN CINEASTA
Tras el éxito reciente que había obtenido James Cameron con otra película de género, Terminator (1984), el director había demostrado ya a su corta edad que era un pionero capaz de desarrollar su talento en proyectos de gran envergadura, dotándolos de modernidad, innovación y atractivo para el espectador; sobre todo si hablamos de una categoría como la Ciencia ficción, siempre necesitada de evolución. Sin embargo, cuando se empeñó en dirigir la secuela de Alien, el octavo pasajero, no obtuvo mucho respaldo debido a su inexperiencia y a que esta no había recaudado suficiente en taquilla como para plantearse hacer una secuela. De todos modos, el empeño de Cameron por realizarla (era un gran admirador de la primera) consiguió que se saliera con la suya, dando a luz a lo que, después de todo, se considera ya un clásico.
DE SCOTT A CAMERON
Lejos de intentar copiar la obra de Ridley Scott, el director James Cameron construyó un film a su gusto tomándose algunas licencias narrativas. El realizador se encontró un universo ya creado, así que la contribución de H.R. Giger (el talentoso director artístico) fue menor, aún así, la película crea constantemente una sensación de claustrofobia, peligro y opresión similar a la primera entrega.
El argumento es simple, tras 57 años de navegación sin rumbo por el espacio, un equipo de salvación encuentra a Ellen Ripley, única superviviente de la nave Nostromo, que es rescatada. Lógicamente, ella es la única conocedora del verdadero peligro de los Aliens y es convencida para acompañar a una expedición que va en búsqueda de estos seres para exterminarlos. Es en este punto cuando la saga cobra vida de nuevo.

De izquierda a derecha: James Cameron, la criatura Alien y Ridley Scott, director de la primera entrega.
EXPANSIÓN DEL UNIVERSO ALIEN
Sin lugar a duda la realización de Aliens: El Regreso (1986) fue el detonante de la creación de un nuevo universo: El universo de Alien. Años después del estreno de la película producida por Fox, otros estudios y directores se embarcarían en proyectos dentro de éste universo mediante la creación de historietas, spin-offs, secuelas, videojuegos. La realidad de esta «fiebre» fue que ninguno de aquellos nuevos productos, mantendrían el mismo encanto que las dos primeras películas, obteniendo casi siempre un resultado desigual.
Puede ser ,y ciertamente es así, que Ridley Scott tuviera la idea original y creará al monstruo, pero fue la grandilocuente mente de James Cameron la que tuvo la visión de convertir al espeluznante monstruo en un personaje global, creando un universo de simbología y misticismo entorno a él.
De la primera película nos surgen varias dudas sin resolver: sabemos que existe una relación entre Aliens «rompepechos» y los ya conocidos «abrazacaras«, pero ¿cuál es esta relación? y ¿de dónde surgen? Además, si el Alien había muerto, ¿por qué hacer una secuela? Bien, todas estas dudas quedan resueltas magistralmente en la película de James Cameron, atando cabos sueltos e introduciendo aspectos que dan más sentido a la película. La solución de Cameron fue simple y brillante: como en muchas otras especies de insectos en la naturaleza, existe un ser vivo que cumple la función de Reina y que, por tanto, pone huevos (clave argumentativa). Una solución elegante y muy terrorífica.
La Ciencia ficción es un género que necesita siempre de constante innovación, renovación y modernización para no caer en una obsolescencia que conllevaría al muy temido aburrimiento. Quizá es el género que más necesita todos estos cambios constantes y James Cameron es uno de los directores actuales que más se ha interesado en aplicarlos y reformularlos. Los giros de cámara empleados, las expresiones, efectos especiales, sonidos y claroscuros hacen de esta película no solo un punto de inflexión dentro del género, sino un referente del cine en general.
Por Quim Ríos
